Preocupación ante el avance de la plaga del picudo rojo en las palmeras de la provincia
Por Redacción
El picudo rojo, una plaga que afecta a las palmas de la provincia de Pontevedra, está siendo todo un quebradero de cabeza para la Estación Fitopatológica de Areeiro. Tanto que sus responsables acaban de emitir un aviso en el que los técnicos aconsejan a los ayuntamientos que las palmeras que estén muy afectadas por este ataque sean eliminadas para evitar la dispersión de esta peligrosa plaga y avanzar en su control.
Con todo, recuerdan que esta operación debe realizarse respetando escrupulosamente las normas de seguridad básicas y adoptando una serie de precauciones para evitar la dispersión de la enfermedad, por lo que se aconseja recurrir a empresas especializadas.
El director de la estación, Pedro Mansilla, explica que este año se observó un avance notorio de la plaga en diferentes zonas de la provincia y que cada vez son más numerosas las palmeras que manifiestan síntomas de su ataque. Así, son muchos los ayuntamientos que han solicitado en los últimos meses ayuda para conocer el estado de sus árboles y que ya disponen de una diagnosis para hacer frente a la plaga
Desde la Estación Fitopatológica de Areeiro aconsejan a los ayuntamientos revisar periódicamente las palmeras con el fin de detectar posibles síntomas de la presencia del picudo rojo, evitar plantar nuevas palmeras en las zonas donde se detectó la plaga y en sus cercanías o evitar podas y, en todo caso, eliminar sólo las palmas secas únicamente en invierno. Los cortes deben ser limpios, sin desgarros y tras realizarlos se debe tratar la herida con un insecticida
Además, ven necesario realizar tratamientos preventivos la palmas sin síntomas con insecticidas la base de materias activas autorizadas. Si la palmera es de elevada talla, existen varias empresas en la provincia con capacidad para realizar estas intervenciones. Si se trata de plantas de reducido tamaño, se deben efectuar por lo menos tres tratamientos: en primavera, verano y otoño con insecticidas autorizados para este fin.
A pesar de ir en contra de la filosofía general del centro de no talar ningún árbol, los técnicos de este organismo insisten en que las palmeras muy afectadas deben eliminarse. En el caso de ejemplares pequeños, estos se pueden cortar en trozos 'in situ' y enterrar todos los restos a una profundidad no inferior a dos metros, dejando la zona limpia de cualquier residuo de la planta.
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