Ni la lluvia les detiene: peregrinaje militar a todo gas a Santiago
Por Natalia Puga & Mónica Patxot
Desde las 7.30 horas de este martes 24 patrullas militares están poniendo a prueba su dureza, habilidad y resistencia con el reto a mayores de hacerlo 'de ruta'. De ruta xacobea. Están recorriendo los 120 kilómetros que separan Tui de Santiago de Compostela al tiempo que realizan siete pruebas y tienen un reloj haciendo tic-tac tras ellos. Se activó al inicio del recorrido y antes de que alcance las 36 horas todos los soldados tienen que haber alcanzado la plaza del Obradoiro.
El desafío se lo han autoimpuesto todos ellos con un objetivo: ganar el concurso de patrullas Tui - Santiago que la Brigada de Infantería Ligera Galicia VII (Brilat) organiza desde hace trece años con motivo del aniversario de su creación, que el próximo 7 de junio conmemorará que cumple 48 años.
Este 2013 está siendo una edición de récord. El primer logro ha sido la participación, con el número más elevado de patrullas de la historia de la prueba (24). También la diversificación, pues entre quienes cubren el Camino Portugués a Santiago están, por primera vez, extranjeros, del Cuerpo de Marines de Estados Unidos, y hay militares de 14 unidades diferentes y 12 de unidades de la Brilat de Pontevedra, Valladolid y Asturias.
El récord también está siendo el tiempo invertido por las patrullas, pues avanzan con dos horas de ventaja sobre las previsiones iniciales de los organizadores. Las primeras horas suelen determinar el resultado de la carrera, pero no solo por la velocidad con la que patrullen, sino porque en ellas se desarrollan un mayor número de pruebas y para el baremo del concurso son igual de trascendentes que el tiempo que tarden en alcanzar la meta. Pasadas las 18.30 horas, once horas después de haber salido de Tui (diez si se tiene en cuenta la hora obligatoria de descanso en la base General Morillo de Figueirido), y bajo una lluvia insistente, las seis primeras patrullas ya habían pasado cinco de las siete pruebas puntuables: recorrido topográfico, tiro de precisión con fusil, paso de pista de obstáculos, paso de rápel y paso de río.
Las cuatro primeras en ruta llevaban pasaporte de la casa: un equipo de Artillería, dos de Infantería y uno de Zapadores de la Brilat. Muy de cerca les seguían equipos de las brigadas Paracaídista y de la Legión. Al puente de Monte Porreiro, donde realizaron una demostración de rápel volado ante una veintena de personas de público, llegaron las seis con apenas media hora de diferencia.
Tras el rápel, unos 400 o 500 metros más abajo, demostraron su habilidad en el agua con el paso de río a través del río Lérez. Esta prueba se realizó en Pontevedra por primera vez en esta edición (hasta ahora era de madrugada en Padrón) y demostró cumplir el objetivo por el que se cambio su emplazamiento: congregó a un buen número de espectadores que animaban a los militares nadadores a pesar de que llegados a ese punto la lluvia ya no paraba en Pontevedra. Entre quienes les animaban, el general de la Brigada, Luis Cebrián Carbonell.
Ya solo quedaba quitarse el traje de neopreno y poner rumbo a Padrón con dos cosas en la cabeza: las dos pruebas de lanzamiento de granadas y recorridos cronometrados que le quedan por superar. Y, como siempre, asegurarse de que ningún miembro de la patrulla sufra ningún percance, pues la Tui - Santiago tiene entre sus finalidades fomentar el espíritu de cohesión y reforzar la identidad colectiva de Fuerzas Ligeras, haciendo extensivos los lazos de unión al resto de Ejércitos que componen las Fuerzas Armadas. Para asegurarse de que se cumpla, puntúa que lleguen todos en perfecto estado y si la patrulla tiene más de una baja es motivo de descalificación.
El cabo Zambrano, patrullero de la Octava Bandera de la Legión, recuerda, de hecho, que en su primera participación en el concurso, hace dos años, quedaron séptimos tras perder a un componente y al equipo le dolió no llegar todos: "Tengo esa espinita clavada ahí todavía". Este año, en las trece primeras horas de recorrido, no hubo bajas en ningún equipo.
El concurso tiene entre sus finalidades dar a conocer el nombre de la Brilat y en las dos últimas ediciones este objetivo se ha cumplido no sólo por la proyección exterior del evento, sino por la identidad de sus ganadores, el Batallón de Zapadores (BZAP) de la propia Brigada. Para ellos la presión es mayor, quieren revalidar el título, tal y como reconoce el teniente Javier Villareal: "llevamos varios años ganando y es como el reto, vamos con la presión de que no nos ganen".
Para ello, han entrenado duro y "tenemos gente muy bien preparada", asegura cuando acaba de ver a los suyos cruzar el río Lérez a nado con habilidad, demostración de que "llevan un entrenamiento muy duro", que han incrementado en los últimos tres meses "no solo físicamente, sino mentalmente". A pesar de que "siempre hay un poquillo de rivalidad con otras unidades y con las otras armas", es una competicón "sana" en la que no sabe si repetirán podio, pero sí augura que no estará allí el grupo de Marines: "No saben lo que han venido a hacer".
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