Abonado al sufrimiento, el Teucro sigue a lo suyo venciendo con apuros al Torrelavega (27-25)
Por Ramiro Espiño & Diego Torrado
Jugando con fuego. Rozando la sorpresa, pero sumando dos nuevos puntos (y van 33 de los últimos 34), para mantener liderato y distancia sobre sus perseguidores. El Teucro ganó al Torrelavega, abonándose al sufrimiento y encontrando en la grada ese plus que necesitaba para superar a un rival incómodo, peligroso, que nunca se dio por vencido, ni siquiera cuando se vieron cinco abajo al poco de comenzar la segunda parte.
Los de Quique Domínguez, que realizaron una más que aceptable primera mitad, no exenta de lagunas, especialmente en defensa, llevando la iniciativa y dejando sensación de superioridad, a punto estuvieron de complicarse en la segunda por falta de continuidad en su juego.
El equipo azul había realizado en la previa un llamamiento a su afición, reclamando su apoyo, y la grada no falló. Excelente entrada y total compromiso. Tanto que no es exagerado afirmar que este partido, de no jugarse en el Municipal, muy posiblemente se hubiese escapado. Los teucristas encontraron en los suyos las fuerzas que necesitaron para superar momentos complicados, ganando con justicia, pero con sufrimiento.
Puede que el Teucro no haya hecho en este partido más que una buena acción defensiva completa, pero fue clave y definitiva. La llevó a cabo en el último minuto de partido y lo hizo además en inferioridad, cuando el marcador reflejaba un inquietante 27-25 (así se quedaría) y Torrelavega amenazaba con aprovechar un día gris, que por momentos amenazó tormenta, en una segunda parte floja, jugada a ráfagas.
La primera parte fue de dominio e iniciativa azul. Pese a que la defensa nunca terminó de asentarse, en ataque se resolvía con claridad, rapidez y relativa comodidad, con un largo período de casi nueve minutos sin marcar por parte local, superado el ecuador del primer tiempo, pero recuperando el acierto en la recta final para llegar a una ventaja de cuatro goles (15-11), reducida en un gol por los cántabros antes de retirarse a vestuarios.
A la vuelta, en poco más de un minuto el Teucro hizo subir la ventaja a cinco (17-12). El partido parecía inclinarse del lado de casa, pero Torrelavega no se rindió y el Teucro entró en una peligrosa fase de intercambio de golpes de la que no salió bien parado, tanto que el exteucrista Marcos Dorado, con dos goles seguidos, llevaba el empate al marcador y la inquietud a la grada (23-23).
Incluso pudieron ponerse por delante los cántabros, pero fallaron dos ataques y el Teucro, sostenido por García Pichel, recuperaba una mínima ventaja. Quique Domínguez dio entrada a Javi Santana en portería y el canario resultó clave, parando un penalti a Juan Carlos Hernández con 27-25 en el luminoso, después del octavo gol de García Pichel.
Quedaban menos de cuatro minutos. Parecía resuelto, pero aún habría que seguir sufriendo. Johnny Medina era excluido a falta de minuto y medio. Entonces surgió esa excelente defensa en inferioridad para recuperar el balón con 47 segundos por delante. La presión visitante llevó a una pérdida del Teucro, pero Santana evitó males mayores y los azules pudieron saborear una nueva victoria y dedicársela a su capitán, Carlos García, que festejó en la pista su cumpleaños.
SD TEUCRO (27): García Lloria; Johnny Medina, García Pichel (8), Borja Méndez (4), Román Pedreira, Dani Hernández (3, de penalti), Edu Moledo (2) -siete inicial-, Javi Santana (p.s.); Óscar Silva (2), Quintas, Iván Fernández (2), Samu Gómez (1), Carlos García (3, 2 de penalti), Sergio Altirriba, Saúl Campo (2) e Iglesias.
BM TORRELAVEGA (25): Luis; Sergio Crespo (6), Maxi (4), Antón, Marcos Dorado (4), José Carlos Hernández (2, 1 de penalti), Nico (1) -siete inicial-, Pablo (p.s.); Carlos, Edu (4), Pepe, Genio, Sergio Rodríguez (4) y Ramiro.
Árbitros: Efrén Muñoz Díaz y Julio Posada González (Madrid). Excluyeron dos minutos a Dani Hernández (2), Sergio Altirriba, Johnny Medina (2) y Quintas, por el Teucro, y a Carlos, José Carlos Hernández y Marcos Dorado (2), por el Torrelavega.
Marcador (cada cinco minutos): 3-3, 7-5, 9-8, 10-10, 11-10, 15-12 (descanso), 17-14, 21-17, 23-21, 24-24, 26-25 y 27-25 (final).
Incidencias: Pabellón Municipal de los Deportes (Pontevedra). 1.213 espectadores.
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