Jugando con fuego el Pontevedra supera al Guijuelo en un discreto partido (2-1)
Por Ramiro Espiño & Diego Torrado
Jugando con fuego te sueles quemar. Si no le pasó al Pontevedra no fue por su buen juego, sinó por la falta de pólvora de un Guijuelo que sufrió un más que dudoso penalti en contra y jugó todo el segundo tiempo en inferioridad, pese a lo cual consiguió encerrar a los granates en su parcela, incapaces de sentenciar el partido, y haciendo temer a la parroquia local por un triunfo importante, pero sin brillo.
Los de Luisito estuvieron muy lejos de su nivel habitual en Pasarón, pero al menos salvaron los muebles en un par de chispazos aislados gracias a su superior calidad, frente a un rival que vino a encerrarse, pero que con todo perdido tuvo la fortaleza mental de no bajar los brazos, hasta el punto de que no sería injusto que hubiesen conseguido puntuar, dejando la duda de qué hubiesen podido hacer de haber salido desde el comienzo con más ambición.
Lo sucedido en la primera parte se resume en dos hechos puntuales: la lesión de Mario Barco, que tuvo que ser sustituido, retirándose cojeando visiblemente, tras hacerse daño en una caída fortuita en su tobillo izquierdo, y el minuto de descuento que provocó dicha lesión y posterior cambio, en el que el Pontevedra sacó petróleo de una polémica decisión arbitral, al señalar un más que dudoso penalti sobre Miki, que transformó Bonilla, y que provocó la posterior expulsión de su autor, Álvaro, por una airada protesta al colegiado, seguida de la del entrenador visitante, quien pagó las culpas de su banquillo, que saltó en masa a increpar al asistente.
El resto fue un anodino ir y venir del balón, siempre en la zona ancha, sin profundidad ni peligro alguno, con un Pontevedra que intentaba llevar la iniciativa frente a un Guijuelo que quiso seguir la "receta" del Caudal, único equipo que hasta ahora había conseguido puntuar en Pasarón, con una línea de cinco defensas y cuatro centrocampistas por delante, fiando su suerte a la fortaleza defensiva y a la posibilidad de alguna contra o acción a balón parado, que nunca se produjo, incapaces los salmantinos de llegar con el más mínimo peligro al área de Edu.
Los de Luisito no estuvieron finos. Superados en número en la zona central, donde Kevin Presa no recibía el apoyo necesario de Jacobo Trigo ni de Abel para construir juego, mientras Miki y Álex González apenas intervenían. De este modo, Mario Barco era el único que apuntaba cosas, y de hecho el que remató con cierto peligro, en un cabezazo que se marchó alto, precisamente en la jugada en la que resultó lesionado al caer tras el salto.
La entrada de Mateu no hizo cambiar la decoración, hasta que el técnico local introdujo una variante táctica, pasada la media hora de juego, retrasando a Kevin Presa para imitar el planteamiento salmantino. Con ello los granates recuperaron el balón, pero siguieron sin conseguir crear peligro, hasta que cuando todos esperaban el descanso llegó la jugada clave del partido. Un balón interior de Álex González para Miki termina con el delantero en el suelo en la pugna con Álvaro. No parecía haber sucedido nada, pero el colegiado interpretó falta del defensor, señalando el punto de penalti, ante la sorpresa de todos. Bonilla, con su habitual fiabilidad, transformó el máximo castigo y Álvaro perdió los nervios, dirigiéndose al árbitro, que le expulsó con roja directa, al igual que a su técnico, antes de señalar el camino de vestuarios.
Pero curiosamente no sería el gol lo que despertaría el Pontevedra, sino el revés sufrido de forma tan inesperada como evitable al poco de reanudarse el partido. Portela concede un corner en una acción sin mayor peligro y en su lanzamiento, el rechace defensivo cae en las botas de Ángel, que a botepronto, desde la frontal, engancha un gran disparo ante el que nada puede hacer Edu. Como tantas veces en el fútbol, el balón parado igualaba la inferioridad numérica.
Entonces sí comenzó a aparecer el equipo local, que se lanzó a por un rival de nuevo encerrado en defensa de su parcela. El dominio tuvo su recompensa también en una acción parecida a la del gol salmantino, con un corner rechazado por la defensa, que cayó en los pies de Abel. El canario hizo gala de su calidad, ajustando el balón con un disparo raso desde la frontal, al poste izquierdo de Kike Royo.
Lejos de asentar su juego, el Pontevedra volvió a las andadas y se dejó superar por un Guijuelo valiente, que se fue arriba con tanta valentía como inocencia. Quedaba mucho partido por delante, pero los granates cedían cada vez más metros y los salmantinos suplían su inferioridad numérica con más intensidad, anticipándose en la mayoría de los balones divididos.
Mientras los de Luisito sufrían, los ataques visitantes morían siempre sin encontrar dirección entre los tres palos, con una sola excepción en un balón que se llevó Manu Dimas, minuto 78, tras una pérdida en el centro del campo granate, y que Edu abortó mandando a corner.
A medida que se acercaba el final y la afición sufría, el Guijuelo atacaba con todo, pero con la misma falta de eficacia para generar peligro serio, limitándose a acciones a balón parado que no encontraban nunca rematador. Hasta que con el tiempo cumplido, el Pontevedra pudo ampliar la cuenta en una rápida contra que finalizó David Añón rematando al larguero. No sería justo. Bastante premio había recibido el equipo local para el escaso juego que realizó en esta ocasión.
PONTEVEDRA CF (2): Edu; Miguel, Portela, Bruno, Bonilla; Jacobo Trigo, Kevin Presa; Miki (David Añón, minuto 56), Abel, Álex González (Álex Fernández, minuto 79); y Mario Barco (Mateu, minuto 14).
CD GUIJUELO (1): Kike Royo; Raúl, Álvaro, Ayala (Manu Dimas, minuto 75), Héctor, Ángel; Carmona (Piojo, minuto 75), Aitor Aspas, Carles Marc, Jorge Juliá; y Pino.
Árbitro: Miguel Ángel Ortiz Arias (Madrid), auxiliado en las bandas por Iván Massó Granado y Manuel Ángel Pérez Hernández. Expulsó con roja directa al jugador visitante Álvaro, por protestar airadamente tras transformar el Pontevedra el penalti. Por el mismo motivo expulsó al entrenador del Guijuelo, Jorge Fábregat. Amonestó a Portela, Miguel y Abel, por el Pontevedra, y a Ayala, Pino, Ángel, Raúl y Jonathan (en el banquillo), por el Guijuelo.
Goles: (1-0) Minuto 45+1: Bonilla, de penalti. (1-1) Minuto 49: Ángel. (2-1) Minuto 55: Abel.
Incidencias: Estadio Municipal de Pasarón (Pontevedra). Unos 2.700 espectadores.
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