El Pontevedra pasa de poder golear a terminar pidiendo la hora frente al Palencia (2-1)
Por Ramiro Espiño & Diego Torrado
Fútbol es fútbol, que diría el clásico. El Pontevedra pudo y mereció golear el Palencia, pero terminó pidiendo la hora como consecuencia de su falta de acierto en el remate, perdonando innumerables ocasiones de marcar, después de quedarse en inferioridad numérica a falta de 20 minutos por expulsión de Jacobo Trigo. Los granates merecieron mucho más, pero debieron y supieron sufrir tirando de oficio para sumar los tres puntos.
Sorprendió Luisito con el sistema táctico que utilizó de salida. Consciente quizás de que el Palencia cedería el campo y la pelota a los granates, dispuso un 3-4-1-2, con Kevin Presa como tercer central, junto a Jacobo Trigo y Capi, y subiendo a los laterales Miguel y Bonilla al centro del campo, con todo el carril a su disposición. De construir juego se encargaban Álex Fernández y Abel, mientras Jacobo hacía de enganche con los dos delanteros, Añón y Mario Barco. La apuesta salió casi perfecta. De que no lo fuese del todo la culpa fue exclusivamente de la falta de puntería ante la meta rival.
El dominio local fue tan abrumador (hasta nueve saques de esquina llegó a lanzar el Pontevedra), que a nadie hubiese extrañado que el partido estuviese resuelto, y por goleada, en los primeros 45 minutos. Sin embargo a punto estuvo el Palencia de conseguir marcharse al descanso sin sufrir males mayores, gracias a la actuación de su portero Alejandro, que las paró de todos los colores.
Tres llegadas con peligro en los primeros cinco minutos fue el aviso de lo que luego sucedería. A la cuarta, Jacobo perdonó y Alejandro se lució mandando a corner (minuto 6).
Luego sería el turno para David Añón. La mandó alta a menos de cuatro metros de portería. El Pontevedra llegaba y el partido sólo tenía un color, el granate, ante un Palencia sin fútbol ni ambición, que se limitaba a defenderse como podía, no pasando casi la línea central del campo.
De nuevo Jacobo pudo marcar en una ocasión clarísima (minuto 36). Otra vez Alejandro lo evitó volando para sacar el balón de la misma escuadra y mandarlo a corner.
Pero cuando parecía que la solución habría que buscarla en la segunda parte, el Palencia pagó caro su único acercamiento al área de Edu y el error arbitral que le concedió una falta lateral inexistente supuestamente cometida por Capi (minuto 43). El lanzamiento de la misma fue detenido sin problemas por Edu, que inició una rapidísima contra con Kevin Presa y Álex Fernández como protagonistas. Éste último fue el encargado de finalizar con un disparo que rechazó como pudo Alejandro, dejando el balón a los pies de David Añón, que seguía la jugada, y que sólo tuvo que empujar a puerta vacía, para hacer una mínima justicia a lo visto en la primera mitad.
Pero lo sucedido en la segunda parte fue diferente y tiene difícil explicación. Un poco de mayor ambición palentina, combinada con el exceso de confianza granate, transformó un partido decidido en un sinvivir para la parroquia local, que se las prometía muy felices, con una tarde tranquila como pocas.
Primero el Pontevedra amplió diferencias (minuto 57) en un soberbio centro de Álex Fernández, que remató no menos bien Mario Barco arrojándose de cabeza en plancha para poner el balón junto a la cepa del poste. Un sensacional gol.
Ahí el Pontevedra lo vio tan facíl y hecho que no midió adecuadamente los riesgos y siguió sin sentenciar definitivamente, con otro rosario de ocasiones desperdiciadas. Hasta que un balón directo, a la espalda de los centrales pontevedreses, se lo lleva Zapata. Cuando encaraba a Edu es empujado por Jacobo Trigo, señalando el árbitro penalti y expulsando con roja directa al jugador local. Diego Torres reducía diferencias y llevaba el suspense a la grada.
Quedaban poco más de 20 minutos e iba a tocar sufrir. Edu, hasta entonces inédito, tuvo trabajo que resolvió con acierto. El Palencia se echó arriba y llegaba con frecuencia, aunque de nuevo sería el Pontevedra quien tuviese la más clara. Alejandro apareció una vez más, para salvar el tercero, en remates de Mouriño y especialmente de Mateu, que a placer, mandó el balón al centro (minuto 84).
Luego los de Luisito tirarían de oficio, durmiendo el partido y sumando una victoria agónica, en un partido que debía haber sido de goleada cómoda.
PONTEVEDRA CF (2): Edu; Jacobo Trigo, Capi, Kevin Presa; Miguel Loureiro, Álex Fernández, Abel, Bonilla; Jacobo (Mateu, minuto 60); David Añón (Mouriño, minuto 68) y Mario Barco (Álex González, minuto 80).
CD PALENCIA (1): Alejandro; Segura (Durantez, minuto 62), Nico, Inestal, Asier; Iván Zarandona; Xavi Moré, Ibán (Zapata, minuto 55), Chuchi, Rodri; y Diego Torres.
Árbitro: Carlos Fernández Buergo (Asturias), auxiliado en las bandas por Eduardo Suero Rodríguez y David Fernández Martínez. Expulsó con roja directa la jugador del Pontevedra Jacobo Trigo (minuto 71). Amonestó a Capi, por el Pontevedra, y a Asier, por el Palencia.
Goles: (1-0) Minuto 43: David Añón. (2-0) Minuto 57: Mario Barco. (2-1) Minuto 72: Diego Torres, de penalti.
Incidencias: Estadio Municipal de Pasarón (Pontevedra). Unos 2.500 espectadores. Los jugadores del Pontevedra saltaron al terreno de juego con unas camisetas en las que se leía "Ánimo Íker", de apoyo a su compañero Íker Alegre, gravemente lesionado en la rodilla en el partido de la jornada anterior en Santander, frente al Real Racing. Se guardó un minuto de silencio por Cristóbal García Cea, hermano del jugador granate Gonzalo, fallecido esta semana.
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