Denuncian que la escuela infantil de A Parda "está caendo a cachos" y que la situación "cada vez vai a peor"
Por Alejandro Espiño
"Escola en ruínas. Nenos en perigo". Así de contundentes se han mostrado este viernes una veintena de padres y madres de niños y niñas de 0 a 3 años de la escuela infantil de A Parda, ante unas instalaciones que, según denuncian, "están caendo a cachos".
Minutos después de dejar a sus hijos en el centro, los progenitores han protagonizado una concentración de protesta ante la escuela "para que nos escoiten e nos empecen a dar solucións", ha explicado a PontevedraViva Iria Méndez, portavoz de los manifestantes.
"Nenos tan pequenos como os nosos por si mesmo non se van a poñer a protestar así que nos toca aos país facelo", sostiene esta joven, madre de uno de los niños matriculados en esta escuela, que denuncia que las condiciones del inmueble "cada vez van a peor".
Así, los padres han enumerado las numerosas deficiencias que presenta este edificio, construido en el año 2011 y con capacidad para unos 120 niños, que según Méndez tiene una estructura "que non é moi válida" para cubrir las necesidades de sus alumnos.
Aseguran que el pavimento del patio, habilitado en cemento, no es el adecuado para niños tan pequeños "porque cando caen se queiman e algún mesmo tivo que ir a urxencias" y lamentan que no haya una zona exterior de sombra que puedan usar cuando aprieta el calor.
Además, los padres sostienen que la caldera "non funciona ben e hai días que non arranca", lo que provoca que en el interior de la escuela haya días con temperaturas de 13 grados; o que hay suelos levantados, impidiendo que los más pequeños tengan espacio para gatear.
A ello suman la existencia de unos terrenos, que el Concello cedió tras la apertura del centro "que están sen legalizar", según Iria Méndez, por lo que la inspección educativa no permite que pueda ser utilizada para mayor confort del alumnado y de su profesorado.
"Os problemas día a día van a máis e ninguén lle pon solución", asegura esta madre, que afirma que la dirección de la escuela ya ha puesto todas estas deficiencias en conocimiento del gestor de las instalaciones, el Consorcio Galego de Servizos de Igualdade e Benestar, dependiente de la Xunta.
Sin embargo, este organismo se encarga únicamente de la gestión del personal y de las obras nuevas que se realicen en la escuela, pero el mantenimiento de las instalaciones depende del Concello, con quien estos padres ya se han reunido en varias ocasiones.
"Sempre nos atenden moi amables pero non recibimos ningunha solución", subraya la portavoz de estos padres, que afirma que el gobierno municipal tiene consignados unos 60.000 euros para solucionar algunas de estas deficiencias "pero no sabemos cuándo van a ser las obras".
A este respecto, el concejal de Benestar Social, Marcos Rey, ha defendido que el Concello, en estos últimos meses, ya ha realizado obras de urgencia en estas instalaciones, entre otras cosas, para arreglar la caldera, pero advierte que muchos de sus problemas "son estruturais".
"Os únicos que estamos dando a cara somos nós", explica el edil socialista, que lamenta que desde el consorcio autonómico "están botando balóns fóra a ver que pasa", cuando el Concello debe encargarse únicamente de su mantenimiento y "non de obras maiores" como sería la mejora de su aislamiento térmico.
Ha avanzado además que la tarima que se levanta será reparada la próxima semana, si bien ha informado de que primero habrá que realizar "pequenas perforacións" para comprobar si existe un problema de humedades y localizar su posible origen.
Los técnicos municipales, mientras tanto, ultiman un proyecto para abordar una serie de actuaciones demandadas por la comunidad educativa de esta escuela infantil. "Os cartos xa están e o proyecto está a punto", asegura o representante municipal.
Confía en poder presentárselo al colegio y al ANPA en próximas semanas. Incluirá, entre otras actuaciones, ocultar el suelo de cemento con otro tipo de material o la creación de una zona de patio con sombra que, además, evitará que el sol haga "efecto invernadero" en el centro.
Marcos Rey entiende que "por sentido común" estas obras deberían realizarse en agosto cuando los niños no están en la escuela, ya que sería "incómodo" para ellos la presencia de los operarios y, además, "mesmo por temas de seguridade igual non nolo permiten".
EL CONSORCIO SEÑALA AL CONCELLO
Desde el Consorcio Galego de Servizos de Igualdade e Benestar, por su parte, recuerda que es el Concello, como titular del inmueble, el responsable del mantenimiento de la escuela infantil "y, por lo tanto, de dar respuesta a las deficiencias sobre las que advierten las familias".
Así se recoge en el convenio firmado entre ambas partes para la gestión de la escuela, que se mantiene a pesar de estar vencido. Aseguran desde la Xunta que "a pesar de que se le han enviado los nuevos, el Concello no los han aprobado aún".
En varias ocasiones, según este organismo, el consorcio se ha hecho eco de las quejas de los padres y ha requerido al Concello que solucione las deficiencias detectadas. La última de ellas, en abril de 2022, para que planificara las actuaciones en verano, "pero no hicieron nada".
A este respecto, desde el consorcio ofrecen todo el apoyo técnico que pueda precisar la administración municipal para ejecutar estas actuaciones, pero recuerdan que "la contratación, ejecución e inversión en los trabajos deberán correr a cargo del Concello".