José Antonio Gómez Novoa
Ventana indiscreta: Regalos
Día de lluvia, y tengo que ponerme en marcha para comprar el regalo del amigo invisible y la cesta de navidad que cada año nos regalamos mi hermano y yo. Él, es un tio espléndido y siempre me hace llegar lo último, y a poder ser lo más caro. La última navidad fui agraciado con un baúl plegable en piel de color blanco que contenía un gran surtido de charcutería cular ibérica, un jamón de jabugo, 2 quesos de oveja payoya, 3 botellas de cava, 4 botellas de vino reserva y un whisky escocés elaborado en el siglo XIX.
De acuerdo con mi historial médico, siguiendo las pautas que me marcó, pregunté a mi médica de cabecera, si podría comer o beber, algo o todo lo enviado por mi superhermano, y muy tajante me dijo qué: ¡naranjas de la china!, que todo es muy rico, pero que va en contra de mi problemática de fondo. Acaba la conversación muy seria, diciéndome que ella puede mandar a alguien a recogerme el baúl.
Bueno como deferencia me dice que el baúl puedo quedármelo, ya que eso no afectará a mi salud, es decir que me quede con el continente y ella se hace cargo del sólo del contenido. Mañana con el fin de evitar los gastos de envío, ella en persona acudirá a mi domicilio y, con sumo placer darán buena cuenta de los productos. Le transmito que lo voy a pensar, pero también me recuerda que tampoco me viene bien darle vueltas a la cabeza. Insiste, ¡no te preocupes!. Allí estaré, así aprovecho para comprobar la tensión y saturación de oxígeno.
Salgo de casa, un poco sorprendido, pero repitiendo para mis adentros, “la experta, es la experta”, ¡la ciencia, es la ciencia!, ¡hay que cuidarse!, ¡la salud es lo primero!, y ya voy en busca del objetivo del día, que no es otro que el regalo del amigo invisible. Este año, creo que me ha tocado mi cuñada, porque me deshice del papelito, y ya no sé muy bien si ella es la elegida o, un sobrino que viene de Mallorca todos los años.
Elijo la opción más cómoda, ropa comercio de proximidad, pero no sé qué talla usa, y sería como podréis entender absurdo que se lo preguntara. Doy muchas vueltas por todas las tiendas de la ciudad, hasta que encuentro una dependienta que responda a los rasgos físicos de mi cuñada (no me atrevo a ponerlos aquí). Le pido que me enseñe una prenda para una mujer segura de sí misma y, con aires de grandeza. Me entrega, no sin antes probársela un jersey y pantalón, que según ella combina lo sport con lo vintage, y que seguro le encantará. Por Tutakis. Estoy convencido de que este año acertaré. Feliz navidad amigos y amigas.