José Antonio Gómez Novoa
Ventana indiscreta: Veneno
Durante la mayor parte de sus 8 episodios, Veneno es una historia de mucha intensidad, que trata con admiración, pasión, desgarro, pero sobre todo con mucho respeto y cariño hacia un personaje tan complejo como es Cristina. Su vida, analizada y descrita con sabiduría por Javier Calvo y Javier Ambrosi logra un equilibrio entre la comedia y el drama.
Está narrada con maestría, con un reparto a la altura. Incluso las interpretaciones de la niñez y adolescencia de los distintos personajes está muy por encima del nivel de la filmografía española. Todos los que amamos lo visual sabemos que la mala interpretación o doblaje de los niños es una carencia habitual, que no hemos conseguido mejorar en el tiempo.
Pero volvamos a nuestro viaje en el tiempo, dónde se retrata épocas distintas. De los años 70 a los 90, en los que José Antonio Ortiz se transformó en Cristina la Veneno, pasando de las dificultades que vivía en su día a día en el tardofranquismo ultracatólico y homófobo, al endiosamiento y atención mediática que tuvo en los medios en los años 90.. Alguien que llegó a ser repudiada por su propia madre, que no le permitió SER, ni acceder a una mínima formación escolar.
La infinita energía de todos los personajes, Cristina, Valeria, Paca……, y la sensibilidad, creatividad de los creadores de la serie nos transmiten profundas verdades, desgraciadamente aunque en menor medida, reflejadas en la sociedad actual. El sensacionalismo mediático, la capacidad de explotación de la telebasura (8 millones de audiencia en Esta noche cruzamos el Mississippi), la importancia de los referentes, y sobre todo los retos personales, físicos, emocionales a los que se enfrentan todos los días las personas trans.
Un pasado que conecta con elegancia con el presente, en el año 2006. Escena tras escena, vamos descubriendo a la Veneno, a través de los ojos de quien quiere ser como ella, cuando aquel niño que creció viéndola en el programa conducido por Pepe Navarro, vive su proceso de “transformación” convirtiéndose en la periodista de investigación Valeria Vegas, autora de las memorias ¡Digo!, ni puta ni santa, en las que se basa la serie.
Quizás la serie, esté un poco dulcificada, porque la vida de la protagonista tiene muchos enigmas, pero es la esencia creativa de los llamados Javis. Para mí, una buena serie, y no cabe duda que necesaria. @novoa48