José Antonio Gómez Novoa
Ventana indiscreta: Despedidas
Pertenece a la generación baby-boom, bautizada así por el inusual repunte de las tasas de natalidad (1945-1964), que suma un total de más de 10 millones de personas en España. Creció hasta ser el más alto de la clase, gracias al aceite de hígado de bacalao, las sopas de burro cansado, tulipán con azúcar, tang sabor naranja, quina santa catalina, leche en polvo molico, y el botillo con repollo navideño que le daba energía para todo el año entrante.
En nuestro país en aquella época, al contrario que en otros del entorno, pocos vivían conflictos generacionales, ni experimentaban con alucinógenos. Aquí nos dividíamos en facciones, los que iban al seminario, al colegio o instituto. Fue seminarista, y aspirante a sacerdocio, adquiriendo formación humana, espiritual y pastoral, pero en el último momento, cuando esperaba la llamada del obispo, recibió la de la legión. Buen porte, espíritu de lucha, siempre en primera fila al lado de la cabra, pero quedó tan saturado de las cornetas y los tambores de los tercios, que decidió pasarse al “más allá”, ser funcionario de prisiones.
Coincidimos, en los mejores momentos de la institución tanto a nivel tratamental como de seguridad (época de Mercedes Gallizo), y él en compañía de otros, fueron una referencia a nivel nacional en cuanto al abordaje de determinadas problemáticas. Sus entrevistas e intervenciones con los internos e internas nos sorprendían por su eficacia. Les hablaba de lo divino y lo humano con naturalidad. Utilizaba el humor berciano (una mezcla de sarcasmo y capacidad de ver algo gracioso en temas controvertidos), y conseguía un feedback positivo.
Y, qué decir de sus habilidades como animador de eventos. Después de cada cena o comida de trabajo, todo el mundo espera (algunos con gran alborozo, otros……), que cante sus “grandes éxitos”, desde Ponferrada, miudiño, acabando con una versión gallega de Delilah de Tom Jones en español/gallego, que hace que los presentes consigan un lucimiento coral, que ríete tú de las misas gospel del Harlem.
Alfredo se va a jubilar en los próximos días, y pasará a formar parte del censo de pensionistas. Y, ahí lo tenemos sano y salvo, con la ITV pasada con sobresaliente y asombrando a todos los que le rodean. Mañana, será una noche especial para él, muy emocionante. Llorará, sudará, reirá, cantará, abrazará, besará a todos los presentes, y pasará a una etapa de afonía. Cebolla, miel, jengibre, manzanilla, y en una semana como nuevo. Felicidades.
@novoa48