Roberto C. Agís Balboa
El juego de la mentira
Hoy hablaremos de mentiras, pero no de las mentiras piadosas de Joaquín Sabina (por cierto, que se recupere después de su caída del escenario), ni de la mentira de Dani Martín o el grupo La Ley, sino de mentiras reales usadas para normalmente ocultar verdades, crear confusión… Daré tres ejemplos: Coronavirus, Donald Trump y Caso Ábalos.
El Coronavirus (ahora llamado: Covid-19) lleva unas semanas atemorizando al mundo y desde que la OMS la declaró peligro público número 1, aún peor. La falta de trasparencia de China y sus datos sobre infectados y muertos, acompañado de mucha noticia falsa o alarmista, ha llevado a cancelar el Mobile World Congress de Barcelona con 500 millones en pérdidas ¿harán lo mismo con otros eventos aquí u otros países tales como los Juegos Olímpicos de Tokio? Resulta que al principio daban un número de infectados y muertos, hace unos días dijeron que cambiaron el modo de contarlos y resulta que aumentaron las cifras una barbaridad. Ahora cambian algún dato porque parece hubo un error estadístico y algún muerto lo contaron dos veces, etc. ¿Esto es confusión? ¿se le fue de las manos? ¿Trata el gobierno chino de ocultar algo? ¿o simplemente mienten? La mentira en este contexto y en un tema como este aparte de peligrosa, podría ser un desastre de dimensiones planetarias.
Donald Trump, todo un personaje que salió absuelto de su impeachment (proceso de destitución). Simplemente porque le daban los números, sino la verdad creo que se merecía “ir para casiña e descansala cabeciña que falta lle fai, digamos, faltalle unha ou varias fervuras”. El fiscal de EEUU le ha llamado la atención por todo lo que pública en twitter sobre temas de suma importancia para su propio país y compromete el trabajo de la propia fiscalía. Parece que como es el presi de EEUU pues se lo pasa todo por los mismísimos. ¡Trump First! Si vas en su contra te larga y toma represalias. Es como un toro loco y por ello el senado le ha cortado el poder militar, etc. Durante el impeachment negó que enviase a su abogado personal a Ucrania para recabar información sobre sus rivales políticos, ahora dice que si lo hizo. Pues nada, así es la vida. Un presidente miente como un cosaco, salé vencedor de su proceso de destitución y ahora reconoce que si mintió ¿y qué pasa? Pues nada, sigue con su ego, su testosterona y cabeza loca y el resto a aturarlo y controlar que no se le vaya la mano, aprete un botón nuclear, o tenga la ocurrencia del día y nos vayamos todos a tomar por... Creo en investigación psiquiátrica su cerebro tendría mucho valor para el estudio.
Nuestro Ábalos ¡made in Spain! se encontró con la vicepresidenta de Venezuela en el aeropuerto de Madrid, la cual no puede pisar el espacio Schengen. Aún hoy después de varias semanas y tantas versiones que dio el gobierno, y la sesión de control del otro día ¿sabéis alguno que ha pasado en realidad? ¿Ha entrado o no en España? ¿Fueron 25, 30 min o una hora de reunión? ¿por qué fue el y no la ministra de exteriores? Blablablá… Y, por cierto, ¿qué es Guaidó ahora para el nuevo gobierno de España: presidente, marioneta ou un espantallo? ¿Podrían clarificárselo a los españoles por favor? Y Zapatero (expresi) ¿por qué visitó al dictador Maduro justo en medio del conflicto del caso Ábalos? ¿Fue a madurar alguna idea de futuro o en representación del gobierno español, aunque fuera a título personal? La verdad aquí aparte de lo mal que se ha hecho, se uso la mentira al principio, porque dieron varias versiones y discordantes. ¡Craso error! Lo peor es no clarificar a la opinión pública y decir la verdad. Es de esos casos que manchan un gobierno y le da pie a la oposición a atacar, pues se lo pone a huevo.
Sin embargo, sabéis que en política mentir, cambiar de idea… está a la orden del día a día. Ahora lo que dices por la mañana igual es diferente a la tarde o por la noche, y lo más triste, no pasa nada, se ha normalizado. En el fondo todo se resume a quien juega mejor en el juego de la mentira.