Milagros Domínguez García
¡¡La mentira en la política!!
"Si dices la verdad, no tienes que recordar nada." (Mark Twain). Es esta una frase que refleja la realidad palpable de la importancia y lo importante que es para todos el poder dormir confortablemente apoyados sobre una conciencia tranquila.
¿Es la verdad algo absoluto? çLo cierto es que no, se ajusta a unos hechos y circunstancias de un momento vivido y nunca las personas implicadas observan lo mismo.
Cuando se trata de nuestros hijos y preguntamos: "¿Quién rompió esto?"
Es fácil que solo exista una realidad y un solo culpable. Cuando hablamos de adultos, la historia cambia. Lo más probable es que el adulto eluda la responsabilidad de la fractura y excuse el acto justificándolo a través de una razón que estima de orden superior o, directamente, señale con el índice y culpe a otro de algo en lo que sólo él intervino. Según sea la actuación a la que nos refiramos, podríamos hablar ya de mentiras y esto no sería omitir o disfrazar lo sucedido, o de como la percibimos. Esto ya es harina de otro costal.
Y de adultos mentirosos me gustaría hablar, porque también son estos ejemplo y espejo donde los niños podrán verse reflejados y lo que podría ser una conducta que intente ocultar una travesura, con el paso del tiempo se puede convertir en un acto deleznable y repudiable.
Y sí, la verdad puede tener distintas percepciones pero la mentira es una elección. Una decisión tomada libre y voluntariamente, de forma premeditada y malintencionada con la intención de tergiversar un suceso. Clara muestra de la falta de honestidad, escrúpulos y típico comportamiento de un manipulador con tintes de mediocridad.
La verdad podría incluso ser piadosa, pero la mentira carece de piedad y va siempre destinada a causar daño y a menoscabar la dignidad, la integridad y la reputación de otros, amén de la búsqueda de verse el mentiroso beneficiado en sus intereses.
Hoy día la vemos como algo normal y lo cierto es que la aceptamos de forma preocupante. Por ejemplo; que personas que ejercen cargos públicos mientan más que hablan y ese hábito no les pase factura, mientras nosotros nos limitamos a consolarnos con la tan conocida frase "la política es así".
Echando mano de palabras de conocidos representantes del deporte rey podemos toparnos con estas de Vujadin Boskov que dice "fútbol es fútbol" y esto es así cuando una persona es coherente y practica el "juego limpio".
Creo yo que la política es política y no un espacio donde la mentira sea la herramienta utilizada por aquellos que buscan vencer sin mérito alguno que les adorne y, haciendo de la incoherencia su práctica.
Si seguimos con los símiles futbolísticos podemos encontrarnos con el Sr. Vicente del Bosque que dijo de forma sabia que "el éxito sin honor es un fracaso" y es que faltando caballerosidad y honor ninguna empresa es digna y vencer de esta forma debería hacerles sentir vergüenza.
Ni en el amor ni en la guerra todo vale, ni en política todo se debe aceptar. Deberíamos exigir de ellos que, de no ser sinceros, por lo menos no exhiban la mentira como bandera ya que nos lo ponen muy difícil a aquellos que tenemos hijos que educar y a los que pedimos que no mientan mientras que a su alrededor pululan impunemente mentirosos compulsivos, que salvo que se equivoquen no dirán nada cierto y de los cuales los más jóvenes podrían tomar ejemplo.
"La verdad es lo que es y sigue siendo verdad aunque se piense del revés" (Antonio Machado) y, aunque Paul Joseph Goebbels mantuviese que "una mentira repetida mil veces se convierte en verdad", eso no será siempre posible porque tiene las patitas muy cortas y no olvidemos que "si queremos saber el tamaño de una mentira, debemos medir el largo de la explicación por el ancho de la excusa".