José Antonio Gómez Novoa
Vox Populi
Éste lunes en el grupo de café, dónde cada uno tenemos nuestras posiciones políticas analizábamos los resultados de las elecciones andaluzas. Somos tertulianos, analistas, comentaristas de todo tipo de temas. Eso sí, discrepamos pero no llegamos al "enfrentamiento". Sé de familias que no se hablan por diferentes visiones políticas, y de otras que permanecen calladas durante el tiempo en el que se menta la bicha de la política, por miedo a una subida de tensión, taquicardia o que no pueda contenerse él, o el otro.
Pues bien, cuando la voz del pueblo habla, aunque no lo entiendas y esté en las antípodas de tus principios y valores, poco que decir ante la entrada en el parlamento de Andalucía de una fuerza que aglutina 400.000 votos o lo que es lo mismo el apoyo del 10% del electorado. Intentas buscar respuestas sencillas del porqué de ese crecimiento espectacular, y piensas que es un cúmulo de cuestiones: rechazo a la inmigración, el conflicto territorial, los Eres y corruptelas del PSOE andaluz, el resentimiento ante los políticos, la depresión económica, la necesidad de cambio después de 36 años en el poder, pero aparte de éste cúmulo de cosas, tiene que haber algo que se nos escapa.
Voy a aventurarme, y creo que lo que ha inclinado la balanza, ha sido la Unidad de España. Ha habido dos partidos que han crecido: Vox y Ciudadanos. Los dos hacen "bandera" de éste tema, y muchos españoles consideran que Mariano Rajoy fue demasiado tibio en la aplicación del art. 155 de la Constitución.
Cuando el año pasado, viajé en el mes de octubre a Andalucía quedé asombrado de la multitud de banderas que había en los balcones. A distancia sideral de las que había en Galicia e incluso en Madrid. Como anécdota siempre recuerdo a mis contertulios, que mientras estábamos comiendo en un restaurante muy concurrido, una mesa de celebración familiar en los postres cantaba el "soy español, español, español" acompañados al final por el coro de los allí presentes, salvo los camareros y pocos que nos manteníamos al margen. Con las copas, ya uno gritó: "un mojón para Puigdemont".
Todos recordamos también de otros síntomas, él "a por ellos" que gritaban los viandantes cuando salían los guardias civiles de Huelva con dirección a Cataluña, pero eso nos parecía una anécdota de aquel momento tan visceral con la declaración unilateral de independencia.
Pues bien, todo suma y el resultado es que ante nuestros ojos aparece un partido que presentó unos candidatos que pocos ciudadanos andaluces conocen, y que en su programa electoral rechaza el estado autonómico, la ley de violencia de género, el aborto…., pero reconozcámoslo, lo que le ha dado los votos es el "España primero", un copia y pega del inefable Donald Trump.
@novoa48