Enrique Vaqueiro
El México soñado
Probablemente ningún país del mundo tenga tanto que ofrecer como México. Sus recursos naturales desde playas paradisíacas, montañas, volcanes, islas, desiertos y un clima fantástico. Esa gastronomía que atrapa a miles de turistas alrededor del mundo y un sentido del servicio y la atención inigualable.
Este domingo celebró elecciones a presidente del país y el candidato de la izquierda, Andrés Manuel López Obrador obtuvo más del 53% de apoyo desde Baja California hasta Chiapas. Las encuestas no se equivocaron, y hoy el sistema político mexicano dá paso a un presidente que no proviene de los partidos tradicionales, el PRI que gobernó 71 años y el PAN con dos mandatos posteriores.
Yo soy ciudadano mexicano y no voté. Probablemente hubiera votado a un candidato distinto al que ganó esta elección. Y pese a las polémicas generadas en torno a su perfil ideológico, no creo que López Obrador vaya a ser la gran revolución de gobierno que propone, al menos por el bien de México.
Es muy fácil decir en campaña que se venderá el avión presidencial para ahorrar dinero público,por ejemplo, pero la realidad es que las demagogias posteriores te hacen vivir el gobierno con un mayor pragmatismo para cumplir las obligaciones como presidente del país.
Quiero pensar que la comunidad gallega en México, muy intranquila estos días y con razón, tendrán el apoyo no solo de la Xunta de Galicia en el caso de que se cometan abusos desde este nuevo gobierno de esperanza, si no que el Gobierno de España estará a la altura de las circunstancias defendiendo los intereses de muchos hombres y mujeres que trabajan en aquél país.
El PEJE, como se le conoce peyorativamente en México, es el fruto de un hartazgo social de muchos años y un castigo evidente a un presidente, Enrique Peña Nieto, que se ha demostrado corrupto e incompetente. Pero también es un castigo a un candidato Ricardo Anaya del PAN, que todo el país vio como un hombre de ambición y chantaje.
Hoy empieza un nuevo México. Un México soñado por miles de personas. Veremos en un tiempo si López Obrador pasará la historia como el hombre que intentó liquidar el sistema de corrupción política que lleva años asolando las arcas públicas del país, o lo recordaremos como un último eslabón de la cadena de corrupción con una piel distinta.