Milagros Bará
Er votox
Que nada tiene que ver con er Viti, ni con er discreto encanto de la burguesía, pero cada vez que oigo algo sobre la toxina botulínica se me viene a la cabeza una urna. Urna u hornacina... y entonces me teletransporto a un cementerio, porque la primera sirve tanto para depositar el voto como las cenizas de un familiar. De hecho, en las pasadas generales, un anciano murió justo antes de votar y otro justo después, el que consiguió votar tenía 92 años...
Esperamos impacientes noticias por si alguien vuelve a colar una loncha grasienta de chorizo en un sobre. ¿Sobre? Pues también me recuerda a sobresueldo y a soborno, pero para los radioaficionados "me voy al sobre" es meterse en cama. "Sobre" esto comentar que la vocal de una mesa del 26J se puso de parto durante la constitución de la misma. Lo que todavía no ha pasado es que una mujer se quede embarazada justo en el momento de la votación, que para eso ponen cabinas con cortinas.
Las infiltraciones del vótox en las urnas son prácticamente indoloras, pero hay que reponerlo cada cierto tiempo. Lo de los sondeos a pie de urna me recuerdan a las sondas nasogástricas o a las espaciales.
El recuento de vótox se hace entre la población mayormente femenina y parece ser que el porcentaje es muy alto. Va desde Lara Dibildos, que así quedó, pasando por Carmen Cervera y terminando por a la ya desaparecida Duquesa de Alba. Por eso el vótox sirve para combatir las "líneas de expresión" sin necesidad de pasar por el quirófano.
Después llega el escrutinio, palabro que sólo usamos en las elecciones y que proviene del verbo escrutar, al arte de observar o examinar algo o a alguien con mucha atención y minuciosidad, que es lo que hacen las sondas por el espacio, como la sonda astromóvil Curiosity.
Los últimos estudios espaciales afirman que el vótox masculino está en alza entre los metro sexuales. Como novedad tenemos el scrotox, que es una modalidad de usar el vótox para mejorar la susodicha zona, por unos 3.200 euricos de nada.
De todas formas, las últimas tecnologías nos llevan a ThermiRase, que tiene "todas las papeletas para sustituir al vótox" porque adormece los nervios y con un efecto que dura unos dieciocho meses, ríase usted del Tranquimazín.
Por cierto, "se nota, se siente que las elecciones están presentes" porque ayer, a eso de las 19:30 horas, se han quedado sin señal todos los canales nacionales durante media hora, los únicos que se pudieron ver fueron los autonómicos. "Cousa de meigas", se debió romper el enlace entre Santiago y Pontevedra, jajaja. Pero total, para lo que hay que ver, como si explota la tele. Volviendo al lío, y para ser "Francos", hoy por hoy las urnas no dejan de ser un cementerio de vótox.