José Antonio Gómez Novoa
Ventana indiscreta: Al otro lado
Yolanda es de las madres que transmitió a sus hijos durante su infancia la necesidad de estudiar y trabajar mucho para llegar lo más lejos posible. “Et voilà”, la profecía se ha cumplido, una de sus hijas está en Nueva Zelanda a más de 25 horas de avión la otra en Cartagena de Indias a 11 horas.
No quiere imaginárselo pero sabe que ésta situación va a ser duradera. Lo que antes era una alternativa de formación en el extranjero, ahora es una obligación para los que quieren salir adelante condenados al desempleo en un país que desaprovecha el caudal humano de unos jóvenes muy preparados. Es un verdadero trauma, familiar social y económico que repercutirá sobremanera en las futuras generaciones.
Unido a la cuestión emocional tan dramática para ella y su compañero, su principal problema fue el cálculo de la hora estándar local (hl) de sus hijas en relación con la española. Si en Pontevedra son las 12 horas de la mañana, en Nueva Zelanda las 12 de la noche y en Colombia las 6 de la mañana, ¿qué puedo hacer para hablar con las dos al mismo tiempo?.
Habló con un colega matemático para que inventara una fórmula que le facilitara lo que a ella daba muchos dolores de cabeza. La solución al siguiente día: SI hlNZ=+12 y hlCI=-6 incremento*/hl Pontevedra.
Superado el problema todas las noches a las 00,00 horas: habla, sonríe, riñe, llora, toca la pantalla, maldice la crisis y a los políticos, mientras observa como sus hijas van envejeciendo, y afrontando el día a día con muchas dificultades en países con costumbres y culturas muy diferentes.
El siguiente paso es ahorrar para poder pagar unos días en algún lugar del mundo dónde puedan juntarse.