José Antonio Gómez Novoa
Ventana indiscreta: Black Friday
El viernes 27 de noviembre por la mañana, tras una noche de lúgubres cavilaciones me desperté a las 5,30 sintonizando el dial de varias emisoras, pasaron 10 minutos y mi cerebro estaba saturado con los jugosos descuentos del día.
Pendrive, móviles, camisetas térmicas, viajes, relojes inteligentes, lavavajillas, abrigos, bolsos, televisiones........ Todos los anunciantes reclaman mi presencia y noto que los auriculares bluetoohh que me he comprado hace dos meses por 50 euros (ahora 13,50) me aprisionan el cuello de tal manera que tengo que arrastrarme hasta el baño, y no sin grandes dificultades consigo quitármelos con la plancha para alisar el cabello (150 euros hace 6 meses, hoy a 54 con un champú anticaspa de regalo).
De vuelta del desaguisado me quedó un pitido en el oído muy molesto que sólo remitió cuando me tumbé en el sofá y puse la tele (1.100 euros hace un año, hoy a 600 con dos gafas 3D de regalo) a todo volumen escuchando la tertulia matutina.
Me levanto 2 horas después, abro las ventanas para ventilar el salón y en ese preciso momento avisto un Black Dron repartidor que entra y decide aterrizar en la mesa de cristal evitando los objetos circundantes, depositando un paquete que dice contener un ratón óptico, proyector, móvil y un puntero láser todo por 120 euros.
Las hélices del Dron continúan con un giro constante mientras me lanza un mensaje robotizado: "si usted acepta la oferta deposite el dinero en la ranura o introduzca los datos de su tarjeta y pulse on en el botón situado en el lateral de la cámara, sino pulse off".
No puede ser, no alcanzo a comprender, noooooooooooooooooo, pulso off y el aparato de marras sale como un sputnik hacia la terraza y de forma autónoma con sus aspas comienza a cortar todas las plantas de raíz, que estaban en su esplendor. Se aleja repitiendo el sonido del día "Black Friday de 2015 ya está aquí".
@novoa48