Ramiro Espiño
Cisne, Teucro y Pontevedra, ¡bien por sus directivas!
Después de unos añitos de más penas que alegrías, el deporte pontevedrés se prepara para un fin de semana que puede marcar el camino de un futuro inmediato más halagüeño. Cisne, Teucro y Pontevedra (y los cito por riguroso orden cronológico en el que disputarán sus partidos) están ante la oportunidad de dar un paso de gigante en sus aspiraciones.
Y los tres han coincidido en algo que considero fundamental para alcanzar esos objetivos: reclamar el apoyo de los aficionados pontevedreses, pedir su presencia en las gradas y emprender acciones encaminadas a acercar los clubs al ciudadano de a pie.
Lo hizo el Cisne, declarando jornada de puertas abiertas su partido de este sábado (17:30 horas) en el pabellón del Estadio. Lo ha vuelto a hacer el Teucro, que en este sentido está siendo de largo el más activo en su intento de atraer al pontevedrés a la grada, y que de nuevo regala dos entradas a cada socio para intentar repetir, en este caso el sábado (20:00 horas) en el Municipal, los más de 2.500 aficionados que congregó en su partido anterior.
Y lo hace también el Pontevedra, cuyos jugadores llevan toda la semana recorriendo los colegios de la zona, haciendo llegar a los más pequeños la inquietud por el club granate, sembrando ilusión entre los aficionados del mañana y buscando el apoyo de los niños con el reparto de invitaciones para asistir al partido de este domingo (17:00 horas) en Pasarón, sabiendo que con ellos arrastrarán también a un buen número de padres.
Se echaba en falta, la verdad. Especialmente en el caso del Pontevedra, que pese a su marcha en todo lo alto de la clasificación, no terminaba de conectar con el público, aficionado o no, para hacer que en las gradas de Pasarón se viese menos cemento y plástico vacío. Poco más de 1.000 personas en cada partido requerían algún tipo de medida.
Estamos llegando al momento clave de la temporada y nadie en su sano juicio puede dudar que el éxito o el fracaso dependen en gran medida de volver a ver las gradas con el aspecto de los buenos tiempos. Si esto significa que el Consejo de Administración ha tomado consciencia de ello, bienvenido sea.
Por mucho que este club sea una sociedad anónima, que nadie olvide que sin los aficionados nada tendría sentido. Ellos son los que ayudan a los jugadores a ganar partidos. Ellos son los que hacen que un equipo de fútbol sea algo más que una empresa cualquiera. Ellos son los que marcan la diferencia muchas veces entre el éxito y el fracaso. A ellos pues hay que darles el protagonismo que tienen y las gracias por seguir ahí, pese a la que les ha caído de unos años a esta parte.
Que los pabellones y Pasarón se llenen. La afición pontevedresa al deporte en general no va a fallar. Las directivas esta vez lo han hecho bien, poniendo de su parte iniciativas para que nadie se quede en casa. De justicia es reconocérselo.
Al fin y al cabo de ellos, de los dirigentes, de la afición y de los deportistas, depende casi a partes iguales que la actual pueda terminar siendo una temporada de nuestro deporte para recordar o una nueva decepción, de las tantas que ya llevamos a bordo en los últimos tiempos.