Antón Reixa: "Nos tocó ser la primera generación de artistas gallegos sin complejos"
Por Manu Otero
La banda de rock por excelencia de la música gallega regresa al primer plano este viernes en la Sala Karma para presentar su última obra: "Organización Nautilus". Un nuevo trabajo, casi treinta años después del estreno de su último disco, con el que Os Resentidos celebran sus cuarenta años de historia.
Un álbum del que el líder de este icónico grupo, Antón Reixa, asegura que mantiene esa "actitude rabuda" de los años ochenta con tintes de rock n roll, hip-hop, rap y un guiño a la música latina de las verbenas.
Se dice pronto, pero este año Os Resentidos cumplís cuarenta años en los escenarios.
Es un tiempo extenso pero también estuvimos de vacaciones desde el año 94 hasta ahora. Pero de la música no hay forma de escapar
Organización Nautilus es el primer disco de estudio desde hace casi 30 años. Que fue lo que os llevó a grabar material nuevo?
Hay grupos que pasan épocas que hacen discos casi por necesidad. Cuando interrumpimos Os Resentidos en el 94, llevábamos hechos siete u ocho elepés y pensábamos que ya no había nada nuevo que nos pudiera sorprender a nosotros mismos. Ahora, tantos años después y con músicos nuevos en la banda, hicimos este disco.
Es cierto que mantenemos en nuestro repertorio parte de las canciones históricas del grupo, pero el disco nuevo aporta nuevas cosas. El resultado del disco es la fórmula del cóctel que formó Resentidos siempre: rock n roll, hip-hop, rap y también un guiño a la música latina. Nosotros tenemos una cierta querencia por esa música latina y ese ritmo de las pachangas de las verbenas. Todo eso está metido en ese cóctel del nuevo disco.
Entonces, ¿se reconoce a Os Resentidos en este nuevo disco o es algo rompedor?
Rompedores fuimos en el año 82, ahora nos toca ya saber estar.
Si ahora lo importante es saber estar, que es lo que queda del espíritu de esos chicos de Vigo de los años 80 ?
Queda esa misma actitud rabuda. También una parte de nuestro repertorio que nos dio muchas alegrías, piensa que canciones como Galicia Canibal para nosotros significó mucho.
De los fundadores únicamente quedamos Javier Soto y yo, pero tenemos nuevos músicos que dan una potencia especial al grupo. Al juntamos con músicos más jóvenes, pienso que ahora tocamos mejor. Veníamos de una época de principios de los ochenta en los que éramos declaradamente punkies y en esa cultura el virtuosismo estaba mal visto. ¡Estaba mal visto tocar bien!. A cualquiera que tocara un solo en el ensayo ya se le decía: 'eh! para ahí virtuoso, dónde vas!'
Este nuevo disco está tocado con una precisión absoluta y con muchísimos matices. La gente tendrá que juzgar pero pienso que somos una banda bien empastada.
¿Y qué va a tener de especial este concierto en Pontevedra?
Lo que tiene de especial es que es en la Sala Karma. Yo tengo una admiración muy grande por las salas de música porque son ámbitos nada megalómanos, todo lo contrario de esos conciertos en grandes pabellones o al aire libre. Tienen una respiración, una flor especial, son mal llamados conciertos de pequeño formato.
Esa admiración mía se extiende a todas las salas de música. Son heroicos por cómo lograron atravesar la pandemia, ya tocamos en otra sala en A Coruña o en Santiago. Esas salas tienen algo especial, es heroico que se mantengan y detrás de ellas hay empresarios que son apasionados de la música. Es muy importante para la supervivencia de la música que existan esos locales porque siempre vuelves a ellos. Los necesitamos los artistas.
Fueron una de las bandas que abrió camino a toda una generación en una Galicia que como el resto del país estaba despertando de tiempos oscuros. ¿Orgullosos?
Fue una cuestión casi de oportunidad. En aquella época toda la música pop y rock que no fuera en inglés era toda una novedad en el Estado español. Supimos aprovechar ese momento. Luego las cosas eran más fáciles, que un grupo nuevo salga adelante ahora es más difícil. Hay una contrariedad entre la versatilidad que da la tecnología digital pero al mismo tiempo el público es mucho más selectivo.
Nosotros aprovechamos ese momento y nos tocó ser la primera generación de artistas gallegos sin complejos. Siendo de aquella el único grupo profesional que tocábamos en gallego, hoy hay muchísima oferta de música pop y rock en gallego y eso nos reconforta y nos da un poco la razón histórica y sentímos que casi por casualidad nos tocó estar en el principio de ese fenómeno.
Ustedes abrieron el camino y ahora sobresalen muchísimos músicos y grupos gallegos como Guadi Gallego, Tanxugueiras u Ortiga. ¿Se ven reflejados?
Lo que está triunfando es el talento. Hay algo que ya pasaba de aquella y sigue pasando, que es el sistema cultural gallego. Es una mezcla entre la iniciativa privada y la gestión pública de cultura. Ese sistema no da paraguas suficiente para todo el talento que hay en Galicia.
La creatividad va por delante y el sistema necesita internacionalizarse y no pasa nada por eso. Un territorio de dos millones y pico de habitantes no puede alimentar la oferta de tanto talento. Es importante que las bandas den el salto fuera de Galicia.
¿Cómo se puede dar salida a todo ese talento? ¿Qué falta?
Hay emprendimiento cultural y un cierto empresariado muy joven con discográficas importantes en Galicia. Pero pienso que debería haber más apoyo público. El gobierno gallego debería ser sensible a apoyar una discriminación positiva. Si vivimos en un país pequeño a escala humana, la gente joven precisa solo un empujón para salir fuera. El resto ya les va en el talento
En este panorama de confrontación en el que parece que vivimos constantemente, también en el ámbito de la lengua, y con la experiencia que tienen ustedes en la música, ¿cómo se ve la música en gallego fuera de Galicia?
Se valora. Nosotros nunca tuvimos ningún rechazo por expresarnos en gallego y ahora es evidente que no. Lo bueno que hay ahora es que esa música gana espacio en el mundo por su calidad.
Te pongo un ejemplo muy pequeño pero ilustrativo. Nosotros salimos en el periódico El País porque pensaban que en Galicia nosotros éramos la de Dios, parece mentira que en un sitio tan pequeño, en esa esquina del mundo haya tanta modernidad, decían. Y en Galicia pensaban que como salíamos en El País debíamos de ser la hostia. Ese márketing de ida y vuelta nos ayudó.
Ahora la calidad de artistas como Baiuca o Tanxugueiras, la trayectoria de artistas como Xoel o Iván Ferreiro... Esas bandas ganan por sí mismas esa exportación.
¿Qué consejo le daría a los artistas que tratan de abrirse camino cantando en su país y en su propio idioma?
Consejo ninguno. Los viejos no debemos dar consejos. Debemos observar y disfrutar de la música. A mí me pasa tanto en la música como en la poesía, me siento muy identificado con las nuevas propuestas artísticas que hay en Galicia. Que no miren hacia atrás, que no pongan el retrovisor, que pongan las luces largas y tiren hacia delante, que son mejores que nadie.
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