Un estudio sobre bioturbulencia en la costa de Bueu, premio IG Nobel de física
Por Redacción
Un estudio sobre bioturbulencia en la costa de Bueu (Pontevedra), cuyos resultados se publicaron en Nature Geoscience en 2022, ha sido distinguido con el premio IG Nobel de física, que concede anualmente la revista Annals of Improbable Research.
Los IG Nobel reconocen investigaciones que "primero hacen reír a la gente y después pensar", destacan desde el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), que ha participado en él a través del Instituto Español de Oceanografía y del Instituto de Investigaciones Marinas.
Buscan así "celebrar lo inusual, honrar lo imaginativo y estimular el interés de todos por la ciencia, la medicina y la tecnología", añaden desde el organismo, que destaca el componente "detectivesco" que ha tenido el estudio premiado.
Los investigadores Marián Peña y Enrique Nogueira, participantes en este trabajo, han explicado que "fue necesario esclarecer qué agentes y procesos eran los causantes de los incrementos de turbulencia" en la costa de Bueu, en verano de 2018, para lo cual usaron una ecosonda acústica.
Este aparato, instalado en el buque Ramón Margalef, registró "ecos concurrentes" con los incrementos de turbulencia atribuibles a agregaciones de pequeños peces pelágicos.
Usando perfiladores de microestructura, se descubrió que, entre el atardecer y el amanecer, la turbulencia entre los 10 y los 30 metros de profundidad era muy intensa, "comparable a la generada por una tormenta en superficie", detallan los autores del estudio.
Los muestreos de plancton permitieron colegir que dicha turbulencia era generada por la actividad reproductora de los cardúmenes de anchoa presentes en la zona, que generan esta turbulencia con los movimientos realizados durante la puesta y fertilización de los huevos.
Ambos, junto con el resto de investigadores españoles que han participado en él, entre ellos Beatriz Mouriño (Universidad de Vigo) y Miguel Gil Coto (Instituto de Investigaciones Marinas), sostienen que este premio es una "oportunidad maravillosa" para difundir su trabajo.
"Es un reconocimiento a nuestro trabajo que, desde la sátira y sin ningún rédito económico, lanza el mensaje de que la ciencia puede hacer reír a los científicos y a la sociedad", ha subrayado Gil Coto, siempre desde la "rigurosidad y la responsabilidad".
El estudio, en el que ha colaborado el Instituto de Ciencias Acuáticas y Tecnológicas de Suiza, refuerza la idea de que la bioturbulencia marina, creada por seres vivos como los peces, es un factor a valorar en la mezcla de aguas con diferentes temperaturas, oxigenación y nutrientes.