Desmontando mitos y derribando barreras alrededor de la sordera, la "discapacidad invisible"
Por Natalia Puga & Mónica Patxot
¿Qué es una persona sorda? ¿En qué consiste la figura del intérprete? ¿La lengua de signos es universal? ¿Qué barreras de comunicación se encuentran las personas con problemas de audición? Son solo algunas de las preguntas para las que en los últimos días está obteniendo respuestas el alumnado de Marín a través del proyecto 'Signar en Marín', promovido por el Concello y la empresa 'En lingua de signos' para sensibilizar a la comunidad educativa sobre la "discapacidad invisible" que supone la sordera y dar a los escolares nociones básicas de lengua de signos.
Esta última semana, el proyecto llegó al instituto Illa de Tambo y allí PontevedraViva presenció el taller de dos horas impartido alumnado de segundo curso de ESO. Raquel, intérprete de lengua de signos y formadora; y Claudia, persona sorda de nacimiento, aclararon conceptos, desmontaron mitos y enseñaron a los escolares el alfabeto dactilológico y conceptos básicos cómo presentarse, decir su nombre o dónde viven. El alumnado, de 13 y 14 años, mostró una gran capacidad de atención y aprendizaje, planteó numerosas preguntas y, al final de las dos horas, demostró que ya sabía, como mínimo, signar su nombre y decir que es oyente y vive en Marín.
Además de la importancia de empezar a signar, el taller busca que el alumnado "aprenda a reflexionar" y se sensibilice sobre el día a día y la comunicación y barreras con las que se encuentra una persona sorda, para que, cuando llegue a su casa o a su entorno familiar y de amistades, comparta lo aprendido y se despierte mayor interés por aprender sobre la materia.
"É moi importante dar a coñecer cousas que pasan desapercibidas diariamente e iso é unha forma de derrubar barreiras. Empezar cos rapaces é prantar unha semente, empezar a sementar para que eles tamén saiban", explica Raquel González, que en los primeros meses de la pandemia montó junto con varios intérpretes profesionales 'En Lingua de Signos' precisamente con ese objetivo de acabar con barreras existentes y también para responder a una necesidad surgida a raíz de la crisis sanitaria, en la que muchas asociaciones que facilitan intérpretes cerraron, pero "as persoas sordas seguían tendo esa necesidade".
En general, Raquel constata que hay "un grande descoñecemento" sobre la realidad de las personas sordas y el alumnado de 2B del IES Illa de Tambo lo reconoció, pero reaccionó planteando preguntas para acabar con él. Planteó a Claudia dudas sorprendentes como en qué lengua piensa o sueña, cómo hace para despertarse por la mañana si no escucha el despertador o cómo hace para pedir cita para ir a la peluquería.
La joven les trasladó, con la interpretación de Raquel, que, como todos, piensa en su lengua, la lengua de signos; tiene un despertador y un timbre adaptados con luz; y, para pedir cita en servicios que no funcionen por correo electrónico o Whatsapp, recurre a la mediación de una central existente en Madrid a la que escribe lo que necesita y se lo tramita por teléfono.
La curiosidad de los menores fue insaciable y quisieron saber también cómo se comunica una persona sorda y ciega -con lengua de signos apoyada, les explicaron- o si podía conducir -sí, claro-. Además, tuvieron oportunidad de conocer la realidad de una joven como Claudia que, pese a tener tan solo 37 años, vivió una realidad muy diferente en su infancia a la actual, no tuvo intérprete en el colegio y no aprendió lengua de signos hasta la adolescencia porque su logopeda así se lo recomendó a sus padres.
Los talleres, que llegarán a buena parte de los centros educativos de Marín, también sirven para explicar conceptos como la figura del intérprete, "que moitas veces non se coñece, parece que son familiares que os acompañan e moitas veces non se coñecen de nada", que estos profesionales siempre van de negro para no desviar la atención de la persoa sorda que les está viendo y que la lengua de signos no es universal, "as linguas reflexan as culturas, as costumes, as tradicións diferentes" y hay en todo el mundo muchas lenguas de signos diferentes, entre ellas la española.
Al término de la actividad, Raquel González se mostró partidaria de que la enseñanza de la lengua de signos sea obligatoria en el sistema educativo, pues considera "importante" que las personas sordas "aprendan a súa lingua como nós aprendemos as nosas linguas, o galego e o castelán", pero "xa non só para as persoas xordas, que realmente aprenden lingua de signos por inmersión lingüística, por contacto con otras persoas xordas", sino para la población en general. Así, por ejemplo, recuerda que el intérprete no solo lo necesita la persona sorda, sino también la oyente, "necesitámolo todos".
Esa realidad de las personas sordas que conoce el alumnado tiene, además, más barreras, desde la pandemia de la covid-19, pues las mascarillas obligatorias son una "barreira comunicativa" que implica que "volvemos a tempos de atrás, á incomunicación", pues se hace imposible, por ejemplo, la lectura labial.
Frente a esta realidad todavía más complicada, considera que es necesaria más implicación para reducir barreras y que, a la hora de tomar decisiones para eliminarlas, no se primen exclusivamente los interés económicos que implican que las asociaciones dependan de subvenciones que, cuando se acaban, dejan sin intérpretes a personas sordas que los precisan en su día a día, para tareas tan cotidianas como acudir al médico.
"Cando se fai unha adaptación de barreiras arquitectónicas, non se pensa en cantas persoas en cadeiras de rodas van pasar por aquí, hai que facelo e xa está, pero a xordeira é unha incapacidade invisible", señala González. Comparten su opinión algunos de los alumnos, como Raquel, de 2B, que cree que generalizando la lengua de signos en la educación obligatoria "así podes comunicarte con todo o mundo". Gabriel, compañero de clase, cree que es importante, sobre todo, para los centros educativos en los que hay personas sordas.