Un pontevedrés acusado de violar a tres sobrinos menores durante años se declara inocente y rechaza dar su versión
Por Natalia Puga
Durante una década, entre 1996 y 2006, un pontevedrés supuestamente abusó de dos sobrinas y un sobrino menores de edad, a ellas llegó a agredirlas sexualmente en múltiples ocasiones a lo largo de los años y a él le obligó a hacerle una felación una noche. Así lo sostiene la Fiscalía de la Audiencia Provincial de Pontevedra y también la familia de las víctimas y, por lo tanto, del propio acusado, y por estos hechos este jueves llegó a juicio. Él, sin embargo, mantuvo su inocencia.
El juicio se celebró prácticamente en su totalidad a puerta cerrada con el objetivo de preservar la identidad de las tres víctimas. Los medios de comunicación tan solo estuvieron autorizados a acceder a la declaración del acusado, que se prolongó durante apenas unos segundos, pues él se limitó a señalar que "no" se declara culpable de los hechos que le atribuyen y se acogió a su derecho a no declarar y, de esta forma, dar su versión de los hechos que relataban las víctimas.
El hombre, cuya identidad no se facilita para que, a través de él, no se identifique a sus víctimas, participaba como voluntario en actividades relacionadas con menores, si bien en la actualidad está en prisión.
Al inicio del juicio, la abogada defensora del acusado quiso incluir una nueva prueba, un informe que probaría la discapacidad psicológica del hombre. Sin embargo, el tribunal de la sección segunda de la Audiencia Provincial de Pontevedra, a instancias de la Fiscalía y de la acusación particular, se negó a admitira. Alegan que los forenses que realizaron una valoración dle procesado ya tuvieron en cuenta esta circunstancia a la hora de elaborar sus informes.
El sospechoso, según consta en el escrito de calificación, participaba
La Fiscalía pide que el hombre sea condenado a 53 años de cárcel como autor de tres delitos de agresión sexual, dos de ellos cometidos de forma continuada. Además, pide que quede inhabilitado para el ejercicio de cualquier oficio relacionado con menores de edad durante 16 años y que se le prohíba acudir al lugar en donde residan los tres menores y sus familiares durante los cinco años siguientes a su salida de prisión.
La Fiscalía sostiene que a la mayor de sus sobrinas la violó de forma reiterada entre 1996 y 2001, entre los 6 y los 11 años. La menor acudía a la casa en la que vivía con sus padres y hermano (abuelos y tío de la menor) prácticamente a diario, salvo los fines de semana, y él la llevaba a su habitación agarrándola fuertemente por los brazos, de manera que en ocasiones le dejaba moratones.
Allí, valiéndose de su fuerza superior y su condición familiar, la tumbaba en la cama, le quitaba la ropa, la besaba en diversas partes, le hacía tocamientos por todo el cuerpo y la violaba, todo mientras le ponía películas pornográficas y se masturbaba.
A consecuencia de los hechos relatados, la menor sufre un trastorno de estrés postraumático agudo, de inicio tardío, asociado a revelación de abusos. La joven tenía ya sintomatología agorafóbica previa, que, según la Fiscalía, está "muy probablemente" relacionada con haber sido víctima de abusos en su infancia.
A la segunda víctima violó en 2005 en la misma casa. Sirviéndose también de su superior fuerza física y de su condición familiar, la metía en su habitación y una vez allí, para que no ofreciese oposición, le tapaba la boca y la nariz sin dejarla respirar hasta que accedía a hacer o dejarse hacer lo que él quería.
Según la Fiscalía, le realizaba tocamientos debajo de la ropa, la besaba en diversas partes del cuerpo y la violaba, tambén mientras le ponía películas pornográficas. Esto sucedía prácticamente todos los días hasta que la menor dejó de acudir diariamente a la casa de su abuela. Los hechos continuaron a partir de ahí durante los fines de semana hasta que la menor cumplió los nueve años y fue capaz de evitarlo. A partir de entonces, trataba de colocarse a su lado en las comidas familiares para así tocarle por debajo de la mesa.
Esta víctima padece trastorno de estrés postraumático en remisión, con un nivel importante de ansiedad (con síntomas tales como recuerdos intrusivos, ataques de angustia y de revivir sensaciones asociadas a las situaciones de abuso, pesadillas, alteraciones del patrón del sueño, evitación, aislamiento, dificultades para las relaciones personales) congruente con las vivencias denunciadas. Tuvo incluso un intento de suicidio por el que está a tratamiento psiquiátrico y farmacológico.
El tercer sobrino fue víctima del acusado, según la Fiscalía, una noche del año 2006, cuando tenía siete años y estaba durmiendo en una de las habitaciones de la casa familiar. El menor lo vio desnudo de la cintura para abajo, con el pene en erección y, aprovechándose de su condición de familiar y de su mayor fuerza, le agarró fuertemente la cabeza dirigiéndola al pene, que introdujo en su boca. El niño gritó y el acusado salió corriendo.