Los vecinos de San Mauro están en pie de guerra contra el cierre al aparcamiento del atrio de la capilla
Por Manu Otero
Los vecinos del barrio de San Mauro se están movilizando para impedir el cierre al aparcamiento del atrio de la capilla. Una petición promovida ante el Arzobispado por un pequeño grupo de vecinos que generó el enérgico rechazo de los residentes, que recaudaron más de 300 firmas para presentar ante el Concello, Patrimonio y el Arzobispado. Su malestar creció hace unos días por la instalación de unos bolardos de hierro, con enganche para instalar una cadena, en una de las salidas del recinto. "¿Quién mandó colocarlos?", se preguntan los afectados, que se presentaron en la zona en el momento en que los operarios colocaban estos bloques sin conseguir evitar su implantación.
La comunidad de vecinos cree que detrás de esta medida está la Asociación de Vecinos Moldes-Mourente, algo que niega el presidente de este colectivo, Eulogio Sartier. "Ni la promovemos, ni la apoyamos", asegura el representante vecinal, quien solo busca la protección del crucero "y dejar aparcar a los coches como siempre se hizo", remarca. La regulación del aparcamiento y tránsito de vehículos es algo que, desde el punto de vista de la asociación vecinal de la parroquia, "deben ponerse de acuerdo todos los vecinos. Una minoría nunca puede mandar en la mayoría", zanjó.
Los afectados enumeran una larga lista de argumentos para mantener el tránsito y estacionamiento de vehículos en esta zona. "Estas casas tienen más de 100 años de historia, son anteriores a la capilla", recuerdan con el fin de asegurar el acceso rodado a la parte trasera de estas propiedades. La seguridad vial es otra de las razones que preocupan a los vecinos. "Si nos cortan la salida de abajo, tenemos que salir en una curva, donde hay muchos accidentes y atropellos", señalan en referencia a la curva situada frente al cementerio del barrio.
Denuncian los afectados que la recogida de firmas promovida por la asociación de vecinos para arreglar y recolocar el cruceiro derribado por una furgoneta, incluía el cierre de media parcela al aparcamiento y la supresión de una de las salidas de vehículos del atrio. Según averiguaciones de los propios afectados, el cierre dejaría sin acceso a una de las casas, datada en 1867. Además, otra de las propiedades dispone de vado permanente, un motivo más por el que justifican la ilegalidad del cierre.
No pararán los residentes hasta asegurar el aparcamiento y tránsito de coches en esta zona. Para lograrlo, además de las firmas conseguidas, solicitaron una entrevista con el alcalde de Pontevedra, Miguel Anxo Fernández Lores, para trasladarle su preocupación.
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