Los atracadores de A Cañiza piden perdón a la viuda y los huérfanos de guardia civil fallecido
Por Oskar Viéitez
Este jueves quedó visto para sentencia el juicio contra los tres hombres acusados por el atraco a una oficina bancaria de A Cañiza en agosto de 2010 en el que un agente de la Guardia Civil resultó fallecido y otro herido durante un tiroteo.
Haciendo suyas las tesis de la Asociación Unificada de la Guardia Civil, el fiscal jefe, Juan Carlos Aladro, solicita la misma pena para los tres procesados, 25 años para cada uno, imputándoles homicidio y tentativa de homicidio a José Vilar, alias Pepiño a José Angel Martins Mendoza, "el Peque", y Fernando Condines.
El fiscal entiende que existió dolo eventual, es decir, los tres "dominaban la acción y la intención no era sólo robar sinó cuantas consecuencias accesorias fueran necesarias".
Los abogados de la defensa calificaron esta estrategia de la Fiscalía como "una venganza indiscriminada" y alegaron a favor de sus clientes circunstancias atenuantes como legítima defensa sobrevenida, drogadicción, incluso el bajo coeficiente intelectual, en el caso de Condines.
El presidente del tribunal, el magistrado José Juan Barreiro Prado, dio la oportunidad a los procesados de una última intervención que aprovecharon para pedir perdón a la familia del agente fallecido, Jorge Piñeiro. En ese momento, la viuda y los padres del guardia civil no pudieron contener las lágrimas y abandonaron la sala en silencio.
El primero en hablar fue José Vilar, autor confeso de los disparos que acabaron con la vida del guardia civil "lo siento mucho, especialmente por la familia y por los hijos. Yo no quería hacer eso", dijo. A continuación pidió al tribunal que analizase bien las balas para comprobar que "el que disparó primero fue el guardia civil".
Por su parte, "el Peque", José Ángel Martíns Mendoza se dirigió al tribunal para decir "siento mucho lo que ha pasado. Quiero que me condenen por lo que he hecho: por un intento de robo y no por lo que al final sucedió fortuítamente".
El fiscal jefe, Juan Carlos Aladro, solicita la misma pena para cada uno de los tres procesados, 25 años
Martíns explicó que no contestó a las preguntas del Fiscal ni de las acusaciones particulares "porque yo antes de ser detenido ya estaban saliendo por la televisión y durante estos tres años, acusandome directamente de ser el asesino caundo ya quedó demostrado que yo ni sabía del arma ni sabía nada". Finalmente insistió "siento mucho lo de la mujer del fallecido y los hijos".
Por su parte Fernando Condines se limitó a decir "lo siento mucho y nada más".
El juicio quedó visto para sentencia.
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