Reconoce que mantuvo contactos sexuales con sus dos hijastras menores, pero alega que "todo fue consentido"
Por Natalia Puga & Mónica Patxot
Un vecino de Vilagarcía de Arousa, de nombre Esteban, ha reconocido este jueves que entre los años 2013 y 2016 mantuvo relaciones sexuales completas con una de su hijastras, que entonces tenía entre 13 y 17 años, y que en 2016 sometió a diversos tocamientos a otra, que tenía 11 en esa época.
El hombre reconoció los hechos durante el primer día de un juicio en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Pontevedra en el que la Fiscalía le considera autor de dos delitos continuados de índole sexual: uno de agresión sexual del que la víctima sería la hijastra mayor y otro de abuso sexual hacia la hijastra más pequeña. Por ambos delitos pide que sea condenado a un total del 19 años de prisión.
El acusado, en prisión provisional por esta causa desde su detención en el año 2016, terminó su declaración ante el tribunal insistiendo en su arrepentimiento: "Estoy muy arrepentido". Pero justo después insistió en que nunca ha negado esos comportamientos sexuales reprochables y que "todo fue consentido".
Los hechos que seguirán juzgándose el próximo miércoles 18 de julio comenzaron, según el fiscal, en el año 2012, cuando la hija de su pareja llegó a España procedente de su Bolivia natal. Llevaba ya un tiempo de relación con su pareja, con la que en 2013 se casó, y pasó a convivir con ella y sus hijos en Vilagarcía de Arousa. A la llegada de su hija de 12 años, empezó a mantener relaciones con ella.
El acusado reconoce que empezó tocando a su hijastra y que luego empezó a mantener relaciones sexuales completas, pero circunscribe esos comportamientos a una época posterior. "Empecé a hacer tocamientos, jugando, en 2013", indicó. A partir de septiembre de 2014 empezaron las relaciones sexuales completas, según asegura, siempre "a iniciativa mía" y con preservativo aprovechando que su mujer no estaba en casa.
Además, niega que la amenazase u obligase y sostiene que, para él, lo que tenía con ella siempre fue "una relación sentimental" en la que llegó a salir con ella a la calle y besarla en lugares públicos. Al respecto, una vecina declaró ante el tribunal que les vio besándose en la puerta de casa y en un parque.
La segunda víctima fue presuntamente la hijastra menor. En su caso, también reconoce que a partir de junio de 2016, y hasta su detención en noviembre de ese año, tuvo comportamientos inadecuados. En su caso, "era todo tocamientos". El fiscal añade que los tocamientos, que son constitutivos de un delito de abuso sexual, ocurrieron entre 2015 y 2016, cuando tenía 10 y 11 años.
La madre de las víctimas: "Pensé que tenía una amante, pero no que fuese mi hija"
La víctima de mayor edad declaró en el juicio tras un biombo y entre lágrimas. La declaración tuvo que suspenderse en un momento dado porque la chica no conseguía parar de llorar, pero la emoción y los nervios no impidieron que dejase claro en la sala de vistas que empezó por tocamientos y que luego empezaron relaciones sexuales completas a las que ella "siempre se resistió" y, de hecho, llegó a arañar a su padrastro.
El tribunal también escuchó el peritaje de dos psicólogas del Instituto de Medicina Legal de Galicia (Imelga) que hicieron una evaluación del testimonio de la víctima mayor y concluyeron que su relato de agresiones y abusos es "muy creíble". A ellas les relató que llegó a España con 12 años y todo empezó "poco a poco" a partir de los 13. De los tocamientos pasó a relaciones sexuales completas con una frecuencia casi diaria e incluso "dos veces al día". siempre por iniciativa de él y sin consentimiento expreso de ella, que "a veces era como un muñeco".
La madre de las dos víctimas declaró que no supo nada hasta que un día llegó a casa, se la encontró llorando y leyó sus conversaciones de WhatsApp con él. A partir de ahí, denunció. Sí tuvo una sospecha tiempo atrás, pues un día una sobrina le dijo que había visto algo extraño entre su hija y su marido, que estaban juntos en la habitación. Sin embargo, de aquella le preguntó a su hija y ella se lo negó. Más tarde, empezó a notar que le faltaban muchos preservativos y "pensé que tenía una amante, pero no que fuese mi hija".