Dos años de cárcel por agredir a un joven con un vaso de cristal a la salida de una discoteca
Por Redacción
Dos años de prisión. Es la condena que ha impuesto la Audiencia de Pontevedra a un joven de origen ecuatoriano que agredió a otro tirándole un vaso de cristal en la cara a la salida de una discoteca de Pontevedra, situada en la calle Benito Corbal.
La sentencia considera probado que ambos jóvenes mantuvieron una pelea en el interior del local en la Nochebuena de 2012. Tras el incidente, el acusado fue expulsado de la discoteca pero decidió esperar fuera a la víctima. Cuando ésta salía del local, le arrojó un vaso a la cara desde dos o tres metros de distancia.
Como consecuencia de la agresión, la víctima tuvo que someterse a varias intervenciones quirúrgicas, sufrió numerosas secuelas con cicatrices en la cara y perdió visión en el ojo afectado por el golpe.
Junto con la pena de cárcel, el acusado deberá indemnizar al joven agredido con 87.441 euros.
La Fiscalía, inicialmente, pedía para él tres años y medio de prisión por un delito de lesiones y su expulsión del país. Tras el juicio, modificó sus conclusiones y decidió retirar esta última petición porque en los más de cinco años transcurridos desde los hechos que se le atribuyen ha demostrado tener arraigo en España.
La Audiencia, sin embargo, absuelve a las compañías aseguradoras de la discoteca, citadas en la causa al entender el fiscal que el vaso con el que se produjo la agresión procedía del interior de la misma, por lo que el local era responsable civil subsidiario.
La sentencia concluye que "no se ha acreditado" que el acusado sacara el vaso de cristal de la discoteca, "ni es probable que lo hiciera" por la forma en la que el portero le llevaba sujeto cuando fue expulsado tras pelearse con la víctima.
El acusado, una vez en el exterior, "pudo hacerse fácilmente con un vaso de cristal", entienden los magistrados, al no resultar "infrecuente" encontrar vasos abandonados en las inmediaciones de las discotecas y locales de copas.
Además, recuerdan que la agresión se produjo en el exterior de las instalaciones por lo que "ningún control se puede ejercer sobre el mismo ni por parte de la propiedad de la discoteca ni por parte del personal por ella contratado".