Acepta dos años de prisión por ordenar a su pitbull que atacase a un hombre y agredirle después
Por Alejandro Espiño
Azuzar a un perro potencialmente peligroso contra alguien puede tener consecuencias penales. Así quedó demostrado este martes en la Audiencia de Pontevedra. Se sentaba en el banquillo de los acusados Cándido R.R., un vecino de O Porriño que ordenó a su pitbull que atacara a un hombre que le había recriminado llevar al perro sin bozal ni correa.
Inicialmente la Fiscalía pedía para él cinco años de prisión porque, además del ataque del perro, el acusado comenzó a agredir a la víctima dándole puñetazos en la cabeza y golpeándole con su paraguas. Pero tras llegar a un acuerdo, Cándido R.R. aceptó una pena de dos años de prisión por un delito de lesiones.
Antes de decidir si entrará o no en prisión, el acusado estará bajo libertad vigilada durante tres años, tiempo en el que tendrá que recibir un tratamiento ambulatorio por enfermedad.
Esto es debido a que, según aceptó la Fiscalía, en el momento de los hechos -el 20 de diciembre de 2012- el dueño del perro sufría un "trastorno ansio-depresivo" y tenía "mermadas" sus facultades de entendimiento.
Será tras recibir ese tratamiento y ver su evolución cuando el juez decida si debe entrar o no en prisión.
Cándido R.R., que reconoció su culpabilidad en el juicio, confirmó que paseaba por la calle Tarela (O Porriño) con su perro raza pitbull sin correa ni bozal, de tal manera que, según la acusación, "podía atacar a cualquier persona o causar cualquier daño". Al llegar a su portal discutió con un joven de 19 años y ordenó al animal que lo atacara, respondiendo éste a morder la pernera del pantalón de la víctima.
Además, los puñetazos y paraguazos que el acusado dio a la víctima le causaron la rotura de dos piezas dentales y daños en otras dos.
Por esta cuestión, la víctima solicitaba 6.500 euros como indemnización por los gastos del tratamiento médico reparador y las secuelas causadas. En este punto no hubo acuerdo, ya que la defensa alegó que el acusado tendría que pagar dos veces por la misma cuestión, al entender que al asumir el pago del tratamiento recibido ya se resarcen las secuelas causadas. Serán los jueces los que decidan.