Confiesa que se quedó con 24.000 euros con los que debía pagar la fianza de un preso para salir de la cárcel
Por Natalia Puga
Juan Carlos Ferro Monteagudo confesó este martes en la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Pontevedra que en el año 2009 se quedó con los 24.000 euros con los que debía pagar la fianza y el abogado de un preso para salir de la cárcel y con 37.000 euros que le entregaron para que mediase en la compra de unas motoras fuera borda.
Por estos hechos, y con su conformidad, ha sido condenado como autor de un delito continuado de apropiación indebida a una pena de seis meses de prisión y el pago de una multa de 450 euros (tres meses a razón de una cuota diaria de cinco euros).
Tanto su defensa como el fiscal del caso se mostraron de acuerdo con que se suspenda el cumplimiento de la pena, de modo que la magistrada de la Sección Cuarta ya anunció que no será necesario que la cumpla. De todas formas, el hombre ya está actualmente en prisión por otra causa, de modo que seguirá cumpliendo esa otra condena. La Audiencia de Ourense le impuso diez años de cárcel por el secuestro de un ourensano en el año 2007 y por los delitos de robo con violencia y uso de instrumento peligroso, lesiones con empleo de instrumento peligroso y amenazas condicionales.
Los hechos por los que debía ser juzgado este martes, y de los que se reconoció culpable, ocurrieron en el año 2009, de modo que el fiscal llegó a un acuerdo de conformidad con él y le aplicó la circunstancia atenuante de dilaciones indebidas. Además, se tuvo en cuenta que en el momento de ese delito no tenía antecedentes penales computables en esta causa.
El hombre reconoció que mantenía una relación comercial con una empresa de Palma de Mallorca como intermediario en la compra-venta de motores para embarcaciones. En abril de 2009 imputaron al marido de su jefa y lo ingresaron en prisión preventiva en el centro penitenciario de A Lama, de modo que la mujer le envió 9.000 euros para que los destinara a sufragar los gastos derivados de los honorarios de letrado y los 14.000 que le habían exigido como fianza para salir en libertad. Él se quedó con el dinero.
Poco después, en mayo de ese año, su jefa volvió a hacerle una transferencia de 37.000 euros para que mediase en la compra de unas motoras fuera borda, pero volvió a quedarse con el dinero sin destinarlo al fin acordado. Se quedó también con el contenido de un paquete que la mujer le envió para que entregase a su marido en A Lama y que obtenía efectos personales valorados en 175 euros.