La selectividad más difícil se hace en Pontevedra
Por Oskar Viéitez
Gabriel se enfrenta hoy a la selectividad. Esta mañana ha tenido que madrugar para venir desde O Carballiño hasta Pontevedra donde hará los exámenes en el Centro de Recursos Educativos (CRE) de la ONCE donde se ha constituido el Tribunal especial. "Teño unha minusvalía en pés e mans unha discapacidade recoñecida", explica "o único que necesito para facer este exame é un tipo especial de folios e algo máis de tempo".
Alejandro, de Lugo, necesita estar aislado en un aula "diagnosticáronme un transtorno de ansiedade e sufro crises cando estou con máis xente, o que é molesto para os meus compañeiros e para min".
Junto a ellos se encuentran hasta un total de 37 compañeros procedentes de toda Galicia con todo tipo de casuísticas: problemas de ansiedad, epilepsias, discapacidades visuales, un brazo roto, hernia discal, trastornos por déficit de atención con o sin hiperactividad o disléxicos que han solicitado que se tenga en cuenta su especificidad a la hora de realizar las pruebas.
En las instalaciones del Centro de Recursos Educativos de la ONCE en Pontevedra se tienen en cuenta todo este tipo de circunstancias de los alumnos que se presentan a las PAU (Pruebas de Acceso a la Universidad) para que este alumnado tenga mejores condiciones a la hora de realizar los exámenes.
"Obviamente as melloras están máis orientadas ás condicións nas que realizan os exames pero non ao contido das probas"
Más horas para hacer los exámenes, mejor situación en las aulas para evitar distracciones, control específico por parte de los tutores encargados del aula, recursos de naturaleza informática como pantallas que permiten ampliación, ordenadores que leen el texto escrito, dictados de exámenes para aquellos alumnos que no pueden escribir, "obviamente as melloras están máis orientadas ás condicións nas que realizan os exames pero non ao contido das probas", explicó Alberto Sucasas, profesor de filosofía, que se encarga de la supervisión de los exámenes.
"Estes alumnos durante a súa vida académica teñen un maior número de dificultades que o resto dos seus compañeiros, están nunha situación clara de desigualdade, agora trátase de que durante estas probas de acceso á universidade non teñan unha dificultade adicional", comentó.
Alberto Sucasas inauguró el sistema en el año 1994, "dende entón aprendemos bastante". Al principio eran menos alumnos, "agora a información que se brinda ás familias e aos centros e o aumento do diagnóstico de algúns problemas incrementaron o número de alumnos".
Las personas encargadas de corregir los exámenes no conocen la identidad de los alumnos, puesto que las etiquetas que encabezan cada prueba de las PAU solo llevan un código de barras que identifica al alumno.
Por ahora estos jóvenes dicen que los exámenes están siendo fáciles. A ver que ocurre mañana