Para los participantes en estas Conversas na Ferrería el origen y la persistencia de la violencia de género es claro: la continuidad del patriarcado. Son múltiples los frentes por los que ir atajando este gravísimo problema social.
Uno de ellos es la concienciación sobre la realidad del mismo; Ismael Calvo, director creativo de Ovo Publicidade - la empresa de la que están saliendo las campañas del Concello de Pontevedra contra la violencia machista -, apunta "creo que existe la conciencia errónea de considerar estas muertes como algo privado, íntimo. Y el problema es que la sociedad entiende que maten a las mujeres. Esto no es un problema de dos ni de una familia, es un problema de todos".
La educación es otro pilar fundamental. Rubén Torres, doctor en Educación, psicopedagogo, profesor y autor de una tesis sobre "La construcción de la masculinidad en la adolescencia" explica que en el ámbito educativo "si no se hace un trabajo sistemático en educación el cambio es muy complicado. Debería estar incluido en el currículum de los adolescentes la formación en género y no sólo desde el plano teórico; sino poniéndoles esas gafas de género para que bajen a la arena e identifiquen la situación".
La deriva de algunos conceptos también perjudica las posibilidades de cambio. Vicky Estévez, presidenta del Colectivo Feminista de Pontevedra, afirma que"ser feminista hoy es un marronazo. Hay que aclarar que feminismo es un sinónimo de derechos humanos. Quien no se declare feminista es que rechaza la igualdad; y no hablo sólo de mujeres, sino de mujeres y hombres que han de ser unos aliados importantísimos para cambiar la situación".
Carmen Cajide, presidenta de la Rede Provincial de Pontevedra pola Igualdade, añade que "el espejismo de la igualdad nos hace un daño terrible. Ese espejismo de que parece que ya somos todos iguales y no es cierto. Hay que poner sobre la mesa esas diferencias, identificar las discriminaciones y que las reconozca la sociedad. Una de ellas la discriminación salarial, por ejemplo".
Las iniciativas que se tomen han de ir acompañadas de presupuesto. La periodista de PontevedraViva, Natalia Puga, argumenta que "además de modificaciones de la ley y sus posibles desarrollos, es necesario dotarla de presupuesto y de recursos; porque si la ley te garantiza una serie de derechos una vez que te conviertes en víctima, como puede ser la protección, y luego no hay medios reales para garantizar esa protección, no avanzamos nada. Y además estamos viendo que los recortes cada vez van a más".