Jeannette Ramos Vega
27 días: La vida es Impermanente
Pasaste toda una vida en una relación que no te hacía feliz, pero que resultaba cómoda. Todo estaba en su lugar, en una aparente tranquilidad: la familia, el trabajo, la salud, todo en equilibrio. Alguna vez creíste que esa estabilidad duraría para siempre. ¿Por qué no? ¿No es eso lo que todos buscamos? Una conformidad aparente, una felicidad superficial que nos haga sentir seguros.
Sin embargo, con el tiempo, las grietas comienzan a mostrarse, pequeñas fisuras que ignoras hasta que se convierten en abismos. Un día, te das cuenta de que la realidad no era lo que parecía. En la pareja, uno de los dos no estaba tan tranquilo, mucho menos feliz. Lo que antes considerabas un refugio se transforma en una prisión, y el mundo que habías creado para ti comienza a desmoronarse, dejando al descubierto su fragilidad.
No sabes qué hacer. Has pasado toda la vida aferrada a una forma de vivir y a situaciones que parecían cómodas, pero que resultaron ser ilusorias. La rutina, que antes te daba paz, ahora se siente como un peso insoportable. En ese momento, te golpean todas las posibles razones por las cuales ese núcleo, que creías indestructible, se rompe. Puede ser la presencia de otra persona, o simplemente que tu pareja ya no quiere estar contigo. El dolor es el mismo. La traición, el desamor, la soledad, todos estos sentimientos se mezclan, creando una tormenta interna que te deja sin aliento.
Buscamos entender, encontrar respuestas que alivien el sufrimiento, para no sentirnos tan culpables. Nos aferramos a la idea de que, si comprendemos lo que pasó, podremos controlar el dolor. Pero la verdad es que hay veces que no hay explicaciones suficientes, y es crucial aceptar que todo lo que conocemos, todo lo que damos por sentado, puede cambiar en un instante.
Aceptar esta incertidumbre es aterrador, pero también liberador. Nos permite reconstruirnos, encontrar nuevas formas de ser, de vivir, de amar. Es un recordatorio de que la vida es impermanente, y que la verdadera felicidad no reside en una aparente estabilidad, sino en la capacidad de adaptarnos, de crecer y de aprender a ser felices, incluso en medio del caos.