![Pedro De Lorenzo y Macías](/web/cache/scene/uploads/xornalistas/foto/dc7/_S7QytKoutjK3UsovKMnMzytWsi62MjSxUqrKz891Lsov0DE1AC_/_Il61oA_/5a1ea4706e-pedro.jpg)
Pedro De Lorenzo y Macías
¡La vergüenza histórica!
¡Hemos postulado la barbarie de una guerra entre hermanos, producto de la ambición política y conquistar el poder! Fue cruenta y los dos bandos cometieron actos de vergüenza histórica.
Las consecuencias de este desastre nos hundieron en pobreza, hambre y miseria; y numerosas muertes por enfermedades y falta de medios. Los chicos de la posguerra supieron superar esas diferencias, autocráticas de la política, y juntos apostaron por la democracia y concordia.
Es óptimo recordar a los fusilados, no en beneficio de políticas engañosas, y ver en esos episodios que el odio, el rencor nos son buenos compañeros de viaje.
El 17 de agosto de 1936 fue fusilado Alejandro Bóveda, en la Caeira; hombre muy respetuoso, sin ninguna criminalidad. Solo porque tenía una ideología distinta. En la Caeyra, un 12 de noviembre de 1936 fueron fusilados, por defender creencias distintas, personas honradas y sin criminalidad: Amancio Caamaño Cimadevila, Telmo Bernárdez Santomé, Luis Poza Pastrana, Paulo Novás Souto, Germán Adrio Mañá, Benigno Rey Pavón, Ramiro Paz Carvajal, José Adrio Barreiro, Victor Casas Rey y Juan Rico González. Un hecho monstruoso que nunca debió acontecer.
Lo absurdo es que algún mandatario use este injusto hecho para desenterrar la caja de Pandora: rencor, división y odio. No analizan las barbaridades del otro bando, que lo hacen suyo.
En la Capilla de Cristo o de Los Mártires, sita en el Monasterio Mercedario de Poio, en su suelo están las tumbas de mercedarios. Fueron fusilados por un grupo de anarquistas que repudiaban las creencias religiosas.
Estos asesinatos se perpetraron muchos el junio de 1936. Fusilaron unos 35 mercedarios, según los registros que obran en el Monasterio de Poio. No reflejamos el número de muertes sin sentido de otras confesiones.
En los dos bandos hubo grandes matanzas por odio, rencor y vendettas. ¡Triste y lamentable!
Estos son los mártires que están enterrado en la Capilla de Cristo, en la Iglesia Mercedaria de San Juan de Poio. Todos de nuestra tierra gallega. Fueron fusilados en agosto de 1936. P. Fray Enrique Saco Pradela, de Sarria (Lugo); P. Fray Guillermo Vázquez Núñez, de Melide; P. Fray Luis Barros Fernández, de Campo Lameiro; P. Fray Manuel Cereijo Muiños, de Poio; P. Fray Serafín Solóegui Duñobeitía; P. Fray José Cereijo Muiños, de Poio; P. Fray Agustín Salgueiro Rodríguez, de Monforte de Lemos.
Tanto los ajusticiados en la Caeira y los del Monasterio, fueron fruto del odio, del rencor, de la venganza. Todo hecho tiene su causa.
El recordar a las víctimas de ese periodo histórico es necesario. Nos debe llevar a la reflexión que la muerte violenta de un ser humano no debe de ser por odio, ambición política y vendettas.
En estos tiempos, por populismos, toman parte de este horrible suceso y lo politizan; destierran a Franco del Valle de los Caídos e inician a buscar tumbas de personas que fueron posiblemente ajusticiada. A este hecho, parcial y mal intencionado, le llaman “Memoria Histórica”; recoge una parte de los hechos y los politizan, abriendo la Caja de Pandora: dividen a los pueblos de España, sembrando odio, insultos, descalificaciones y grandes bulos.
Entendemos que, a la criminalidad de la Guerra Civil, se debería mencionar como “Vergüenza Histórica” y recordar que el odio, la división genera ruptura, pobreza, enfrentamiento que finalizan en injustas matanzas.
Pedro de Lorenzo y Macías.
Fotografías: © Monasterio Mercedario de Poio.
PROMOTORES:
P. Fray Juan Carlos Cascón Raposo.
Asociación Cultural Amigos del Monasterio de Poio.