José Antonio Gómez Novoa
Ventana indiscreta: Tiempos modernos
Estos días pasados fui a visitar a un amigo, que reconoce como una de sus debilidades la contemplación de todos los deportes, a poder ser en una pantalla grande y en el sofá más cómodo posible. Hace años que lleva ahorrando y, me invitó a su casa para celebrar la llegada a su domicilio de una TV 75" y un sofá eléctrico reclinable. La Eurocopa, el Tour de Francia y las olimpiadas eran sus próximos objetivos. Por teléfono aparentaba estar muy contento, aunque noté "cierta desazón", al final de la conversación.
El salón luce "espectacular", bombillas de todos los colores, guirnaldas, camisetas de la selección española, aros olímpicos y una foto de mi amigo con Induraín en la cima del Tourmalet. Me enseña el sofá, los motores, el cableado, se tumba, eleva, todo es abatible, pero dice que tiene dos "problemas": se tragó el mando de la televisión y cada vez que pulso los botones laterales pasando a posición cuasi horizontal a los dos minutos me quedo dormido.
Ni encuentro el mando por más que lo busco ni puedo mantenerme despierto para ver ningún partido de la Eurocopa más de 5 minutos, imagínate cuando llegue el tour. Ante tal situación, he optado por la silla de cocina plegable poco cómoda olvidándome del
acogedor sofá y ahí permanezco sentado con mis pantuflas de lana que se hunden con suavidad en la vieja, pero aún mullida moqueta roja.
Él al igual que yo es un baby boomer. Ha pasado de dar órdenes al televisor con las manos de sus hijos o el mango de la escoba (la época de series como "Bonanza", "Hechizada") al mando a distancia que se ha hecho imprescindible en nuestras vidas al igual que el móvil. Si no te crees esa teoría, detente a contar cuántos móviles y mandos tienes en casa. P.D. Estoy intentando patentar la idea de una aplicación localizadora del mayor número de dispositivos posibles.
@novoa48