Jeannette Ramos Vega
27 días: ¡Ay, por favor!
Es agotador ver a tantas personas pretendiendo ser perfectas. Es terrible ver a mujeres creando imágenes irreales y hablando de lo inalcanzables que son. Esperando la pareja ideal y perfecta mientras crean una ilusión irreal , pretendiendo ser tantas cosas que al final no son. Me cansa, de verdad. Algunas se esconden detrás del supuesto llamado a servir o sus profesiones; otras se presentan como las más modernas y empoderadas. Y luego están aquellas que piensan que enamorarse, equivocarse y ser vulnerables es cosa del pasado. Ay, no. Bájenle a eso.
Han escuchado tanto la retórica del amor propio que se han olvidado de valorar las imperfecciones de los demás y las propias. Créanme, soy fan del amor propio y escribo mucho sobre ello por que lo considero muy importante. Sin embargo, debemos encontrar un equilibrio, apreciar la belleza en lo imperfecto y compartir el mundo con quienes no piensan como nosotras.
Creer que somos seres únicos (lo cual es cierto), no nos da permiso para excluir a los demás de nuestro entorno, o crear espacios donde parezca que solo cabemos nosotras. Debemos equivocarnos y admitirlo. Debemos enamorarnos del equivocado, sin humillarlo ni menospreciarlo por no cumplir nuestras expectativas. Es importante mostrarnos como realmente somos y evitar ser muñecas del internet con la ropa, el peinado y el maquillaje perfecto. No, eso no es real.
Es frustrante, incluso ver las supuestas parejas perfectas, eso me llena de tantos cuestionamientos. La familia ideal no es la que menos problemas tiene, sino la que se abraza y se apoya cuando las cosas se ponen difíciles. Llenamos los vacíos con cosas materiales, mostrando al mundo que tener es más valioso que ser. Criticamos en otras personas muchas cosas que nosotras mismas hacemos a escondidas. No eres el vestido, ni el carro, ni la piscina, ni la casa. Eres lo que da vida a un sin número de actitudes y acciones que van a determinar tu grandeza espiritual, aunque nadie lo sepa.
Queridas, el amor propio es fundamental, importante, necesario y muy hermoso. Sin embargo, podemos amarnos, mostrarnos al mundo y permitirnos ser vistas tal cual somos. Lo más hermoso que poseemos es nuestra humanidad, nuestra humildad, eso es lo que nos hace auténticas. No permitas que te envuelvan en un entorno tan material al punto de perder la oportunidad de vivir plenamente tu realidad.
En esta aventura de vida, los tropiezos, los callejones sin salida, los ríos desbordados y los precipicios son necesarios. Solo así podemos aprender a conocernos, a crear opciones de caminos, disfrutar de las olas suaves del mar y relajarnos en hamacas colgantes en medio del valle fresco y la montaña. Lo simple es valioso.
Vive, querida, sin tanta exigencia. Ten metas y mantente enfocada, pero permítete ser simplemente libre y real.