Manuel Pérez Lourido
Hablemos de esa cosa llamada fútbol
Hablemos de fútbol, o mejor dicho, de lo que queda de él. En fin, hablemos del negocio del fútbol y de la Real Federación Española de Fútbol. Un pequeño recuerdo a sus presidentes del franquismo hasta hoy: Pablo Porta, José Luis Roca, Ángel Mª Villar, Luis Rubiales y Pedro Rocha (en funciones, haciendo como que no se entera de nada). Todos ellos han salido de ahí de mala manera el último está a punto de hacerlo, están hirviendo el agua para despegarlo del puesto. Es normal que tengan problemas con la justicia si están al frente de un organismo denominado "real", en este país todo lo real ha caído tan bajo que parece irreal.
Lo peor de todo es que cuanto más dinero ha producido el fútbol, más importancia ha cobrado el negocio y menos el deporte en sí. Deporte que ha alcanzado la popularidad global por diversos factores. Dos de los más importantes: su impredicibilidad (la más alta de todos los deportes de equipo) y la sencillez de sus reglas. También ha ayudado lo fácil que resulta practicarlo, pues no se requieren infraestucturas sofisticadas para improvisar un partido de fútbol: basta con un objeto esférico y de poco peso. Igualmente ha sido importante mantener las mismas reglas del juego durante décadas. El fútbol ha sido siempre un "espectáculo" que desafiaba las leyes de cualquier espectáculo: te podías pasar noventa minutos contemplando un juego en que igual no solo no ganaba ninguno de los contendientes, sino que ninguno lograba un gol siquiera. Esto se intentó paliar, en las competiciones por eliminatorias, premiando a los equipos que consiguieran marcar en campo ajeno (para intentar disuadir de tácticas conservadoras). Igualmente adjudicando tres puntos por una victoria y tan solo uno por el empate, etc. Lo cierto es que, en un mundo donde lo que cuenta es el entretenimiento de forma lo más trepidante posible, la emoción gestionada a velocidad de vértigo y la acción desarrollada de la forma más variada posible, el fútbol mantiene un sesgo señorial de deporte a la antigua mientras los señores que mueven los hilos piensan en millones y trillones de ganancias. Los que se quieren llegar a alcanzar también con la explotación comercial del fútbol femenino, ¿o es que alguien piensa que una federación tan troglodita como la española está impulsando el fútbol de chicas por temas de igualdad?