Jeannette Ramos Vega
27 días: Escribir
Escribir me transporta y transforma. Puedo ser quien quiera, estar donde decida. Puedo adoptar cualquier género. Escribir me causa dolor y consuelo, me lleva a ser buena o mala, mediocre o insuperable.
Puedo fumar un cigarro o arrodillarme ante la cruz. Escribir saca lágrimas, me derrumba y me fortalece. Soy todo lo que deseo. En un instante, viajo por el mundo. Me acepto y me menosprecio. Invento noches y días, creo nuevos calendarios.
Escribir me otorga poderes que nunca imaginé poseer. Me libera al punto de perderme en mí misma. Puedo crear atardeceres que perduren décadas, llenándome de energía, haciendo todo posible. Desaparecen los miedos y las carencias. Abro cientos de puertas para entrar y salir de mundos alternos.
Escribir me abraza cuando necesito amor, me muestra las palabras perfectas para expresar mis opiniones. Me conecta contigo, compartiendo lecturas y creando vínculos. Puedo liderar o simplemente dialogar con Dios en medio del universo.
Cuestiono y respondo. Escribir me invita a explorar los placeres físicos y emocionales, la necesidad y la abundancia. Amanezco siendo loba y águila, eligiendo volar o correr. Soy el mar y la estrella. Escribir ata mis manos para poder conectar conmigo misma.
Me muestra las palabras perfectas para expresar mis pensamientos más profundos, como un guía en la oscuridad. Me conecta con otros seres humanos en un nivel más profundo, como un puente que une dos orillas distantes. Escribir es como pintar un lienzo en blanco con los colores del alma.
Escribir me lleva a lugares inexplorados, como un barco navegando por mares desconocidos. Puedo crear mundos enteros con solo una pluma y un papel, como un dios que da vida a su creación. Escribir es como bailar un tango entre la realidad y la ficción. Me enamoro de todas tus cualidades para luego crear dramas de desamor. Soy actriz en mi propio teatro, creando personajes que luego puedo destruir.
Escribir me obliga a entenderme, conocerme y observar. Mirar a mi alrededor y ver las cosas más insignificantes para convertirlas en extraordinarias. Me invita a escuchar y estar atenta. Escribo sobre mi vida y la tuya. Te convierto en protagonista de mi historia. Acaricio la poesía en un romance apasionado.
Aunque tiemble mi pulso, siempre escribiré, porque escribir es más que arte, es una forma de vida, una pasión que arde en lo más profundo de mi ser.