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Manuel Pérez Lourido
OCDE, ¿eso qué es?
La Organización de Capitostes Despistados y Eureka, OCDE, según las siglas originales, acaba de hace público un "informe" indicando cuál debe ser el total de nuestros ingresos para formar parte de alguna de las distintas clases sociales en las que estos genios han dividido a la población. Como expresión definitiva y definitoria de sus superpoderes cognitivos, han considerado tres niveles: clase baja, clase media y clase alta. Por supuesto, el único criterio que han tenido en cuenta ha sido el númerico, siguiendo las directrices indicadas por El Último de la Fila en uno de sus temas más conocidos: "Tanto tienes, tanto vales, no se puede remediar / si eres de los que no tienen, a galeras a remar". Es pertinente señalar que esta banda se denominaba anteriormente "Los burros", algo que sin duda conocían nuestros amigos de la OCDE.
En el caso de nuestro país, para la OCDE la clase baja es la que tiene ingresos por debajo del 75% de la media de la renta nacional; la clase media, con ingresos entre el 75% y el 200% de la media y la clase alta, con ingresos del 200% de la media nacional. ¿Y cuál es la media nacional de salarios? En 2019, ascendía a 15.193 euros anuales.
Ha causado no poco asombro la consideración de que si cobras 2.532 euros brutos al mes (en el caso de que recibas 12 pagas) eres casi rico. Esto demuestra que la OCDE vive en una realidad para lela, ya que estamos hablando de un país cuyo 10% de población acumula el 57% de toda la riqueza. Santo y seña del capitalismo neoliberal que se ha extendido por el mundo adelante como si fuera un virus, pero sin el "como".
Además, estos datos tan estupefaccientes están caducados: proceden de 2019 nada menos. Entre otras cosas, no contemplan la reciente subida del salario mínimo interprofesional, acordada entre gobierno y sindicatos porque los empresarios estaban todos hospitalizados por ataques de incredulidad y pánico, mucho pánico. Este aumento, del 5%, afectará a más de 2,5 millones de trabajadoras y trabajadores y tendrá efectos retroactivos desde el 1 de enero. Normal que haya una cierta cantidad de seres humanos que se quieran cargar este gobierno a la voz de "¡ya!". Y ahora se les ha oído hablar de la reducción de la jornada laboral. Comunistas, que son unos comunistas...