Carlos Regojo Solla
Comisión
Aquella vieja enciclopedia contenía los conocimientos precisos imprescindibles para las exigencias de la época, que permitían superar el último obstáculo para la salida de la escuela y la entrada en el Instituto iniciando así el bachillerato. El compendio de aquellos tomos, para los futuros bachilleres, reunía todo el saber de su época, del mismo modo que "Las Etimologías" de San Isidoro de Sevilla lo hicieron -salvando las obligadas distancias, claro está-, en la suya.
Aquel paso era todo un salto: uniforme, pantalones largos, libros prietos reacios a ser abiertos que olían a nuevo, el Atlas colorido con tierras y mares caídos, como engullidos hacia el cosido central (alegría de terraplanistas). La caja de compases, la escuadra, el cartabón y la regla posicionados casualmente sobre la mesa en una armonía agradable...
Había profesorado variado acorde con las nuevas asignaturas y un idioma que jugaba a no seguir la norma de ser leído como estaba escrito, el Francés.
El gimnasio, el pilón de los novatos,... , y una autonomía en la toma de decisiones que te arrancaban a la fuerza de aquella niñez que algún día echarías de menos.
En el tomo tercero del tercer grado, creo recordar, en una de sus definiciones, en el área de matemáticas y si acaso con intención de formar importantes promociones de hombres de negocio, se resuelve la palabra comisión diciendo que es "el tanto por ciento, por mil, por grueso o por docena que ciertos individuos llamados comisionistas perciben por ventas u operaciones que realizan"
La buena resolución de ejercicios, correspondientes a los diversos temas como este, se materializaba en la práctica exclusiva de problemas al respecto; en este caso los ejercicios se ceñían al tanto por ciento directamente, enfocado desde distintos puntos de búsqueda, y no recuerdo trabajo alguno alrededor de los supuestos restantes citados en la definición de la cual extraigo como curiosidad lo del tanto por grueso, lo referente a individuos llamados comisionistas -que sin pretenderlo acerca hoy un tono peyorativo al ejercicio honesto de la práctica legal de la "recompensa" por un trabajo intermediario- y, como no, lo de ventas u operaciones que realizan.
Todo un conjunto de sospechosas palabras alrededor del negro sobre el blanco de la legalidad y del nivel de vida actual acorde o desacorde con los ingresos, el cambio de "look", el coche de alta gama, el chalet en la costa, el buen comer, el lujo de joyas y regalos...
Una definición -como se advierte- que no tiene desperdicio alguno; inofensiva en apariencia que se cita en un tomo elemental preparatorio. Una definición que ha ido creciendo con el tiempo hasta situarse en la razón de la actividad de algunas riquezas rápidas y de algunas ruinas eternas.