Leoncio Feijoo Lamas
La nueva estrella
Por su ubicación, con excelentes vistas sobre la plaza de la Herrería, y por su historia entrañable, habrá pocas construcciones de antigua cantería que superen en pontevedresismo al edificio del "Carabela".
Las primeras noticias importantes que tenemos de este inmueble decimonónico, de estilo ecléctico- y que lamentablemente perdió hace muchos años sus galerías de hierro fundido,-aparecen en 1895, cuando allí se establece "La Nueva Estrella", un negocio dedicado a fonda y hospedaje, iniciativa muy útil en aquel lugar, pues no debemos olvidar que en dicho entorno estaba ubicado el célebre "Parador", el lugar de salida, y de llegada, de los coches de caballos y carruajes que comunicaban nuestra ciudad con los pueblos colindantes. Vamos, que frente a la tranquilidad idílica y peatonal de nuestro tiempo, allí se concentraba el mayor tráfico rodado de la capital.
Posteriormente, con el establecimiento de la estación de ferrocarril en el corazón de Campolongo, y el desarrollo del automovilismo, las actividades relacionadas con el hospedaje y el turismo se fueron trasladando a lo que hoy se denomina Plaza de Galicia, y aun hacia la calle del Progreso, la carretera de Orense.
Parece ser que los bajos de "La Nueva Estrella" acabaron acogiendo un negocio de quincallería y juguetería bajo la firma de Nicanor Sánchez.
Y como la Administración del Estado ubicada en la capital provincial necesitaba unas oficinas para el Instituto de Estadística, a pocos metros de la sede de Hacienda, también en el edificio en cuestión, se acabaría por instalar esa dependencia pública. Este detalle, que no pasaría de ser una anécdota en la vida administrativa de Pontevedra, tiene la enjundia de que allí trabajó, desde 1916, como un funcionario más, Alfonso Rodríguez Castelao.
Y ya pasados unos años, nuestro edifico entra en la mítica local, al inaugurarse el 28 de diciembre de 1946, la cafetería el "Carabela" auspiciada por el visionario empresario, Aurelio Fontán Abilleira. Posteriormente se haría cargo de ese negocio, hasta nuestros días, la familia Alvariño. Probablemente estemos hablando de la cafetería y la terraza decana de la ciudad, por su actividad ininterrumpida de más de 65 años, lo que daría para todo un tratado enciclopédico.
Mientras tanto las otras plantas de ese inmueble, al que se le añadió una más ejecutada en cantería a mediados de los años cincuenta, se dedicaron a acoger prósperos negocios de profesionales y empresas de la ciudad.
Lo más relevante de esta historia es que la impronta de "La Nueva Estrella" acabó cediendo su nombre a la plazuela de ese entorno, perpetuándose de este modo su memoria para las generaciones futuras de la ciudad.
ÿltimamente en el edificio del que venimos hablando se instaló la sede del periódico digital PontevedraViva al que, al menos, deseamos una buena estrella.
20.11.2012