Noel Queipo
Pesadilla antes (mucho antes) de Navidad
Todavía es Navidad amigos, aunque no lo parezca y ya nos salga por las orejas, todavía es Navidad. Luces, arbolitos, nacimientos y todo tipo de detalles decoran las calles, las tiendas y las cafeterías desde hace días (en algunos casos semanas) para que no se nos olvide en ningún momento y, siendo todavía día 13, ya estemos atiborrados de espíritu navideño.
La televisión no iba a ser menos. La publicidad nos ametralla a discreción: spots de perfumes (que son los mismos de toda la vida), anuncios de juguetes que buscan camelarse a los más pequeños y otras "joyas" cada año más sorprendentes como el "increíble" anuncio de la lotería, son clásicos de estas fechas.
Pero la cosa no queda ahí, las parrillas televisivas se transforman. Las series y las películas interesantes desaparecen y llega la programación "especial" llena de programas de entretenimiento (ojo, que el término no dé lugar a error, se llaman así pero eso no significa que entretengan) y cine, mucho cine. Pero un tipo de cine muy definido, yo diría que las películas y telefilmes de estas fechas se podrían dividir fácilmente en tres grupos:
- Películas ñoñas con final feliz. Producto típico de la temporada y probablemente uno de los más utilizados. El único requisito es que estén (como no) ambientadas en diciembre, es decir: que en los decorados aparezca un abeto con bolas colgadas, que nieve, que haya algún "cameo" de los reyes magos (o sucedáneos), fiestas de fin de año y cosas por el estilo. El problema es que siempre tienen el mismo tipo de guion empalagoso basado en el amor de pareja, de familia o de amistad con, como adelantábamos, (cuidado spoiler) final feliz. ¿El problema? Vista una, vistas todas.
- Adaptaciones bíblicas. Típicas también de la Semana Santa. Por estas fechas algunos canales de televisión vuelven a tirar de Biblia para llenar huecos. Entre esas películas pues hay de todo, dependiendo del pasaje o versículo, pero los fans del libro suelen quedar bastante contentos.
- Animación. ¡Gracias! El único atisbo de esperanza lo traen las películas de animación, dirigidas (en principio) a los peques de la casa. Estos suelen ser los films de mayor calidad de las navidades, tanto a nivel argumental como a nivel de realización y de imagen. Desde los clásicos más clásicos, con los dibujos a mano de las primeras películas de Disney (como Blancanieves y los siete enanitos del año 1937) a las últimas novedades de animación por ordenador con Pixar (Toy Story, Cars), sin olvidar a su homólogo Dreamworks (Shrek, Turbo). Estas compañías de animación suelen monopolizar las televisiones.
Pero si tengo que elegir una película puramente navideña, me quedo sin dudarlo con Pesadilla antes de Navidad del estrambótico y un tanto oscuro Tim Burton. La historia se desarrolla en estas fechas y sí, también tiene final feliz, pero el tratamiento de la Navidad es desde un punto de vista muy diferente. El protagonista también es muy distinto, Jack Skeleton está aburrido de su rutinaria vida y padece una depresión. Está cansado de celebrar siempre Halloween y cuando descubre la Navidad quiere festejarla y disfrutarla. Convencerá a las criaturas terroríficas que habitan ciudad Halloween para que le acompañen pero entre unos y otros le darán un toque macabro a estas fechas destruyendo el verdadero espíritu navideño
La trama es original, se hace entretenida y divertida, habiendo también subtramas que enriquecen la cinta como la vida esclavizada de Sally la muñeca-chica de la peli a manos de su creador y la relación entre ella y Jack (la historia de amor que nunca falta).
Según parece, a Burton se le ocurrió la idea original de la película cuando cambiaban la decoración de Halloween por la navideña en una tienda de su ciudad (por lo visto allá en Estados Unidos la Navidad dura todavía más que aquí). Y de ese detalle cotidiano, ayudado de dos guionistas más y con el tiempo de cocción que toda receta necesita, nació esta obra.
La película está realizada a través de la técnica del stop motion, creando el movimiento fotograma por fotograma. Un método muy lento (tardó en rodarse casi tres años) y por lo tanto bastante caro (el tiempo es oro), pero que siempre ofrece resultados muy interesantes. El secreto está en conseguir un movimiento lo más fluido y realista posible, sin embargo en esta película se nota que la técnica aún no está tan perfeccionada como en la actualidad, no hay que olvidar que es una obra de hace diez años (1993). Sin duda lo que más luce es el diseño de los decorados y de los personajes que muchas veces acaban siendo verdaderas obras de arte por sí mismas. En este caso, tiene además ese toque gótico tan inconfundible del mundo "Burton".
Para mí el problema fundamental que tiene la película (y muchas de animación) es que cantan demasiado. Las canciones funcionan para exponer los sentimientos, los pensamientos y el mundo interior de los personajes y como canciones en sí, no están mal. Pero esta parte más musical me resulta un tanto cansina: una canción vale, dos pase, pero más es agotador. El cine de género musical en general nunca me acabó de convencer (creo que se nota). Sólo salvaría las películas en las que las canciones están 100% justificadas dentro de la ficción (como Moulin Rouge o Cabaret con tramas situadas en salas de espectáculos dónde resulta más natural realizar números musicales). A pesar de ello, pienso que estamos ante una obra recomendable y si en estas fechas es "obligatorio" ver alguna película navideña, al menos que sea un clásico tan original como éste.
Para hoy una frase del excéntrico Tim Burton y, quizás, el secreto de su genialidad "La locura de unos es la realidad de otros". Por cierto, ya de paso, Feliz Navidad