Pedro De Lorenzo y Macías
¡La gaviota: vigilante, arrogante y ladronzuela!
¡Ahí la tenemos! Sobrevolando nuestra ciudad; va escrutando las terrazas, parques y diversos lugares de nuestra villa. Vigilante, calculadora, se lanza y arrebata los churros en una terraza, provocando pánico de turistas de otros pueblos.
Cruel, caprichosa, expectante; un trabador compra una pizza y la va saboreando por la Herrería; se queda pasmado, su pizza había desaparecido. Unos niños gritan: "Fue la gaviota, aquella gaviota".
¡Que susto de una madre! Iba de paseo por la calle Curros Enríquez con sus tres pequeños hijos. El de seis años, llevaba en la mano su bocata y en un instante la traidora gaviota se lo arrebató. ¡No lloró! Le llamó de todo a la ladrona; ésta siguió su rumbo y se burlaba de ellos en la cima del tejado. Descuidada la afligida madre, vuela la vengativa gaviota y le adorna su hermoso cabello con los desechos de sus comilonas.
En la terraza de La Nata, unos clientes dejaron libre su mesa, con sobras de churros y otros dulces. Las palomas divisaron un buen manjar, pero la gaviota, furiosa y autoritaria, las desplaza, engulle los restos y destroza tazas, platos y otros enseres. ¡Y vuelta autoritaria y sin remordimiento!
Era sábado y te alegraba un sol apacible, tierno y de encanto. Nos reunimos en una terraza a saborear el aperitivo.
Observo a la gaviota. Tiene pinta de estar enojada. Nos cruzamos la mirada; ella inspecciona el lugar y mi bastón. Se sube a una farola, se camufla, pero está expectante.
Hay tertulia. Llegan dos turistas lusos; se acomodan; le sirven albariño con tapas variadas, sobresaliendo la rica empanada casera de nuestra tierra. Se distraen comentando sus impresiones sobre el entorno. En un plis plas, la ladrona engulle todo el aperitivo. Los comensales quedaron sorprendidos cuando vieron vacíos sus platos.
Hubo una gran controversia sobre estas aves; contaron muchos sucesos y cómo poder combatirlas y otros comentarios.
¿Por qué las Gaviotas invaden ciudades, pueblos?
Solían habitar en las costas; en ellas anidan y se reproducen. Los humanos invadieron su hábitat construyendo ladrillo, perturbando su tranquilidad. La escasez de barcos de bajura, los que pescan sardina y otros pececillos.
Estos dos hechos, posiblemente, les obliga a trasladarse a otros lugares en busca de su alimento y puede afectar el rendimiento reproductor de las gaviotas. Vivían en grandes colonias, separados los nidos en un metro; son monógamos: la pareja lucha por la supervivencia juntos. Los machos defienden todos juntos su hábitat, las hembras cuidan de sus polluelos. Con la presencia humana, se ven obligadas a emigrar.
Su alimentación principal son peces pequeños, invertebrados, moluscos e insectos; es omnívora, se come todo lo que pilla: animales marinos, vegetales, insectos, carroña, pájaros pequeños, huevos de pájaros, pollos y hasta roedores.
LOS CIENTÍFICOS ALERTAN EL DESCENSO DE LAS GAVIOTAS EN 70% EN LOS ÚLTIMOS 10 AÑOS.
Sitúa a esta especie en categoría vulnerable: el cierre de vertederos, la invasión de su hábitat, la disminución de la pesca. Temen por su extinción.
Han detectado una enfermedad que tratan desentrañar que está causando estragos en las colonias de estas aves.
Barros, doctor en Biología, menciona que en 2019 encontraron centenares de gaviotas muertas en las islas Sisargas.
Sergio Paris comenta que la situación es preocupante y que esta especie sufre amenaza de su extinción.
Tanto Barros y Paris solicitan atención y recursos a las Administraciones para averiguar por qué están muriendo tantas gaviotas.
La gaviota tiene mala fama y resultan molestas para los humanos.
Vicente Piorno, descarta que la mortandad sea causa del botulismo o de las biotoxinas de las mareas rojas, por bastantes virus y algunas bacterias. Él dice tener la impresión de que "hay algo en el ecosistema": "No es simplemente un virus. Esto no es el coronavirus de las gaviotas". Con lo expuesto, ¿es posible que la conducta hostil de las gaviotas en nuestra ciudad fuese causada por el egoísmo humano? ¿Quiénes nos deben defender de estos ataques camicaces?
Os dejo con estos interrogantes. Sé que muchos de vosotros habéis tenido alguna experiencia no grata con esta ave astuta y calculadora.
Pedro de Lorenzo y Macías.
*Fotografía: Copyright © Miguel Selas Canga.