Pepy G. Clavijo
La Maestranza
Cada vez que paso por delante de la Facultad de Bellas Artes, recuerdo lo que fue este edificio y las vueltas que ha ido dando a lo largo de los años, y es que tiene su historia.
Primero Maestranza o sea talleres y oficinas donde se reparan o construyen piezas o accesorios para armamentos, un establecimiento militar que liberó a los vecinos de Pontevedra de alojar en sus casas a las tropas.
Para su construcción se utilizó la piedra procedente de las casas derribadas en el Barrio de A Moureira, se componía de un gran patio central alrededor del cual se encontraban las dependencias.
En 1719, cuando la invasión inglesa, fue incendiada por el ejército anglofrancés junto con otras edificaciones importantes como los Alfolies, el Castillo del Puente del Burgo o las Torres Arzobispales, veinte años después se reconstruye de nuevo y en la guerra de la Independencia se utiliza como fábrica de fusiles, después será ocupado como Cuartel de San Fernando, ahí mis recuerdos vienen de la garita de la entrada, donde mi marido, aún éramos novios, hacía guardia, antes de que lo trasladaran a las dependencias de el Parque y Talleres de Automovilismo, donde dejó la huella de sus dibujos en el aula que servía para las clases en las que se aprendía las partes del automóvil y que él dibujó como nadie.
También acude a mis oídos el toque de arriado de la bandera cuando la tarde iba cayendo entre los jardines del Doctor Marescot, la estatua de Manuel Quiroga y las Palmeras, donde Colón aún conservaba su mano, todo el mundo se debía parar a escuchar el sonido castrense y algunos levantaban su mano derecha, entre cuarteles me crié y esto no se hacía nunca, fue para mí una experiencia nueva al llegar a Pontevedra.
Por último, se instaló en este edificio la Facultad de Bellas Artes cuando la Universidad de Vigo extendió su campus a Ourense y Pontevedra, aunque primero estuvo ocupado lo que fue el Hospicio y hoy forma parte del Museo.
Ha pasado por distintas etapas y ¿quién sabe lo que el destino le tendrá preparado para los años próximos? Pero ahí sigue como nave que surca mares y permanece tranquila ante el paso de los años, ella sigue contemplando su entorno, no pierde de vista la escultura en bronce y granito, obra de Fernando Campos dedicada en 1954 al Dr. Marescot y tampoco pasa por alto la de Manolo Quiroga obra en granito de Asorey y que, todo hay que decirlo, ahora con el arreglo de los jardines lucen mucho más.
Seguramente echó de menos las atracciones de las Fiestas de la Peregrina, cuando a "alguien" se le ocurrió llevarlas al recinto ferial, ahora, desde que han vuelto estará contenta en el mes de Agosto, ya que al ser vacaciones el bullicio de los estudiantes no es como durante el curso y se sentirá acompañada por el ruido atronador de las fiestas de la Peregrina.
Ahí sigue la Maestranza, un bonito edificio para traer el recuerdo.
Pepy G. Clavijo