Jeannette Ramos Vega
27 días: Hielo y tierra
La vida me ha sentado en una silla a tomar lecciones muy importantes para aprender de este proceso que es vivir. Es un recorrido de emociones. Tiene un sabor a novela, película y obra teatral que a veces nos impide ver que al final somos el personaje principal al que debemos siempre proteger por encima de todo. Somos los villanos, los mártires, los Romeos y las Julietas, los súper héroes de sagas contadas desde muchas perspectivas. Una montaña rusa con asientos llenos y vacíos, con paradas abruptas y otras de frente a paisajes que nos permiten respirar y entender.
Yo necesito tierra firme. Me funciona para confiar. Me gusta ver la vida como un gran terreno fértil en el que puedo sembrar y lograr que mis pies mantengan el balance. De vez en cuando hay que ensuciarse las manos para crear vida en la vida. Triturar algunas emociones que nos sacan del camino. Está permitido rendirse con la certeza de que no hay un fin definitivo, sino pausas, cambios, cierres de capítulos y oportunidades para volvernos a levantar. Siempre habrá lombrices y gusanos que intenten comer de ti, de tus frutos. A esos, ábrele la puerta, dile adiós y cierra.
Pero somos seres humanos a los que la fatiga del dolor y la decepción nos puede causar sed. Por eso necesito hielo frío que dure un rato a mi lado. Hielo que hable. Que me preste una gota o me regale una cascada. Que se convierta en todo, aunque parezca ser nada. Esa transparencia me permite entrar en aguas claras para sentirme a salvo. Quiero brindar con la vida, sentadas en medio del mundo, con los labios pintados, para recapitular en lo que ambas queremos y necesitamos de la otra. Es la vida misma la que me muestra que al abrir las manos voy a sentir esa barra fría que se derrite para convertirse en llovizna y lluvia, en amor, en fe. Es el hielo que se evapora todos los días prometiendo que todo estará bien. Así aprendí a visualizarlo; aprender y ser.
Entonces, para hacer vida en mi vida necesito hielo y tierra. Unas cosas nos salvarán de otras.