Pedro De Lorenzo y Macías
¡Viva la Guardia Civil!
(Imagen actual de la antiagua Comandancia de Guardia Civil y una fotografía de una pareja de la Guardia Civil en la Fiesta del Pilar del año 1952).
"¡Octubre, roñoso, vengativo! Estás como una chota. ¿Por qué no dejas de dar la tabarra? Lluvia y más lluvia. Los guardias ya visten sus verdes gabanes largos. Están delgados. Menudos paseos por montes, carreteras y caminos. ¡Vaya machotes! A pie y desafiando los contratiempos.
A la panda nos encantaba mirarlos. ¡Los fusiles que llevaban! Grandes y mejores que los de los vaqueros. No llevaban ni boina, ni sombreros, un gorro que daba seriedad.
La panda del cuartel le entrega a don Enrique una carta. La lee. Saltamos de alegría: ¡¡NOS INVITARON A LA FIESTA DEL PILAR!! En el cuartel. El alboroto subió de tono… ¡Menuda bronca, del profe! Nos habló de la fiesta de la hispanidad, del Pilar y otras cosas. ¡Estupendo! Me libré de las sumas y conservé mis dedos.
Ya en la calle, los chismes eran muy prometedores. Tendríamos que saludar como los del Séptimo de Caballería. ¡Todos a practicar el saludo! Juanito saludó de indio… ¡Lo que sufrió el pobre! Quería saludar como el gran jefe apache.
Llegamos al cuartel. ¡Todos eran generales! Tenían medallas e iban de uniforme de gala. Nos cuadramos y saludamos. ¡Mi General, se presentan los del cole de Don Enrique! Nos devuelven el saludo. ¡Qué importantes éramos!
El patio del cuartel era muy grande, más que un fuerte del oeste. ¡Que caballos! Grandes, muy enormes. Mejores que los americanos. A muchos les dio miedo. Me hice amiguete de ellos…
Iniciaron los juegos: Varias tinas. Una llena de agua, flotando una bestialidad de manzana. ¡Gana quien la atrape con la boca, las manos en la espalda! ¡Dificilísimo! Me dejaron participar, resbalé y zambullí mi cabeza. La manzana y todos a reírse, ¡los caraduras!.
No me dejaban participar "Búsqueda del tesoro en una tina de harina". Nadie lo encontraba. Sus caras eran de chiste, de gracioso payaso. Hubo competiciones de cuerda, carrera de sacos, la pita ciega. El tiempo se hizo corto y nos llamaron a formar, antes de la comida.
Una botina ceremonia con muchos generales de otros ejércitos. Todos sonrientes y bien firmes. Se iniciaron los "vivas". No entendíamos el por qué.
- ¡¡VIVA LA GUARDIA CIVIL!
- ¡VIVA, VIVA, VIVA! Nuestro griterío y saltos fueron muy aplaudidos. Nos sentimos héroes y miembros de este cuartel. Nos habían acogido y lo estábamos pasando pipa.
Nos dejaron visitar sus armas, sus sables. Muchos lo llevaban. ¡La hora de la comida! ¡Menuda comilona! Así estaban de gordos muchos, los del cuartel. Finalizamos con la cara llena de huellas de chocolate y otros pasteles.
En un cuarto nos pusieron títeres. Todos de guerreros y moros. ¡Mucho aplaudimos cuando le zurraban al moro!
¡Ya era hora de irse! Nos despedimos de todos con el riguroso saludo, siendo correspondidos. Nos condecoraron con una estampa con su cordón blanco: "La Virgen del Pilar protegiendo a sus hijos, los Guardias Civiles.
Salimos desfilando, marcando el paso y cantando: ¡VIVA LA GUARDIA CIVIL!
Aquellos años 50, llenos de sufrimientos en los mayores y los niños vivían en sus sueños de esperanza.
Pedro de Lorenzo y Macías