Félix Hernáez Casal
Y al sexto día apareció
Ganó el Pontevedra y ganó bien.
Con autoridad, gran ritmo, intensidad y buen juego el equipo alcanzó su primera victoria liguera que suministra una dosis considerable de alivio a la familia granate.
El Pontevedra se impuso desde el principio a su rival y si en el fuero interno de los jugadores existía preocupación o algunos nervios (lógicos dada la situación clasificatoria) en ningún momento nada de ello se dejo traslucir y ya a los cuarenta segundos se pudo inclinar la balanza a nuestro favor de haber aprovechado Jorge Hernández un gran pase de Prosi que le dejó sólo delante del portero madrileño.
Luego llegaron más ocasiones, los dos goles de Añón y todavía más ocasiones para haber sentenciado el partido antes del descanso.
Fue una primera parte redonda en la que el Pontevedra avasalló al Sanse a base de presión incesante, circulación rápida de balón y ocasiones innumerables para marcar.
El equipo de Alfredo Santaelena se vio incapaz de contrarrestar la avalancha granate y trató de anestesiar el partido con una buena ración de dureza que tuvo como principal damnificado a un Jimmy cuya rodilla quedó seriamente maltrecha tras una entrada que no recibió por parte del colegiado el castigo que se merecía.
A pesar de no salir otra vez como es debido del vestuario tras el descanso y permitir dos ocasiones para que el contrario pudiera meterse de nuevo en el partido (sobre todo una en la que surgió Edu para realizar una gran parada) el equipo volvió pronto a tomar la manija del choque y con más calma que en el primer tiempo volvió a someter al Sanse e incluso redondear el resultado con un tercer gol fruto de un rebote que esta vez por fin favoreció al Pontevedra y no al revés como ha venido sucediendo en partidos anteriores de esta Liga 17/18.
Me gustaría reseñar algunas circunstancias que se dieron ayer a lo largo del partido y que quizá hayan colaborado para que el Pontevedra protagonizase por fin un gran encuentro ante un rival que todavía no había perdido fuera.
La primera de ellas es que el Pontevedra (por lo menos a día de hoy) parece más cómodo y seguro con una defensa de cuatro. La temporada pasada el dibujo con tres centrales dio muy buen resultado bastantes veces pero lo cierto es que tanto en Vigo como en el partido frente al Bouzas se cometieron bastantes errores atrás que acabaron por penalizar demasiado a todo el conjunto.
Pero es que esa defensa de cuatro tuvo ayer una novedad con respecto a los encuentros de Cerceda, aquí con el Toledo o Fuenlabrada. Esa novedad radicó en la presencia junto a Goldar en el eje defensivo de Adrián León.
Es cierto que ya frente al Toledo el ex jugador del Logroñés jugó de central una vez expulsado Prosi pero ayer apareció en esa ubicación como titular por vez primera.
Estuvo muy bien Adrián en la defensa tanto por arriba, como anticipando e incluso despejando sin contemplaciones cuando hacía falta la pelota acordándose sin duda de su titubeo letal el día del Toledo.
Pero al margen del brillo de Adrían León como defensa, su colocación como central acarrea otro efecto a mi juicio muy positivo para el equilibrio del equipo. Esto es, sin León en el medio, Kevin Presa encuentra más campo para desplegar todo el esfuerzo físico que acostumbra en la presión, las ayudas a los compañeros y en definitiva para elaborar esa función de equilibrio en medio campo que tan necesaria resulta para un Pontevedra que ayer también pudo sentir para bien una de las mejores versiones de Kevin.
A veces daba la impresión que Adrián León y Kevin se solapaban jugando juntos en medio campo e incluso Presa en los partidos en los que tuvo que jugar más acostado a la derecha desaparecía casi por completo. Sus mejores minutos además de los de ayer fueron curiosamente frente al Toledo y jugando con diez cuando Adrían había retrasado su posición al central.
Resulta más racional la “mezcla” en el medio centro de Kevin con Prosi tal y como sucedió ayer pues el ex del Burgos es otra clase de jugador (más técnico y distribuidor) y puede aprovecharse mucho mejor de ese trabajo estajanovista del pontareano en la zona ancha que resulta vital para sus compañeros.
Por cierto, el día del Toledo no dejé pasar la imprudencia de Prosi y así lo escribí en estas líneas. Justo es decir que ayer el asturiano estuvo en su sitio en todo momento, aportando en el balón parado y trabajando para el bloque sin caer en estridencias del estilo de las de hace quince días.
Otro hombre cuya presencia se dejó notar y que parece va cogiendo el ritmo tras una pretemporada e inicio de Liga llena de problemas es Jorge Hernández. Es cierto que ayer falló tres oportunidades de las que al menos hay que meter siempre una, eso es indudable. Pero también es verdad que desde esa posición adelantada junto a Etxániz ejerció muy bien de enlace con el medio campo y dotó de más calidad técnica al juego granate que es algo que nos venía haciendo mucha falta desde el comienzo de la competición.
Por último, no se puede dejar de destacar la actuación de alguien que no es nuevo, David Añón. Ya la temporada pasada comenzó como un cohete y no bajó hasta que una patada alevosa de Catalá primero y una pulmonía después mermaron sus condiciones pero lo cierto es que esta temporada ha vuelto a empezar como un cañón y su partido de ayer, especialmente la primera parte, resultó realmente maravilloso.
La mala noticia del partido la protagonizó Jimmy y esa lesión que va a obligar a buscar soluciones para el lateral izquierdo en los próximos partidos. Ayer esa solución de emergencia consistió en situar de lateral a Alex González que cumplió con profesionalidad su labor pero cuyo carácter ofensivo (es prácticamente un extremo) puede hacerle sufrir en esa ubicación.
Otras opciones serían las de David Castro (no lo ha pasado bien cada vez que ha salido esta temporada) o Bruno, que ayer estuvo en la grada pero que ya ha jugado en el lateral izquierdo en alguna ocasión desde que está en el Pontevedra CF.
El próximo fin de semana sabremos cual es la opción elegida por el técnico para dotar de garantías al lateral izquierdo.
Toca jugar fuera. Pues eso, ya me entienden.