Manuel Pérez Lourido
September
Existen grandes posibilidades de que el avispado lector/a haya notado que ya estamos en Septiembre. No es tan obvio como parece. En Septiembre todo acaba y todo empieza. Es un mes paradójico. Y enigmático. Se presta tanto a querer prolongar la tregua de Agosto como a reanudar las hostilidades, por eso hay personas que deciden iniciar sus vacaciones en Septiembre mientras que otras les ponen fin para incorporarse de nuevo al tajo (y gracias si tienen tajo al que incorporarse).
Hubo un tiempo en que Septiembre era sinónimo de fracaso escolar y su sola mención traía a la mente largos días de verano dedicados al estudio, en penitencia por los aprobados no alcanzados. Puede que Abril sea el mes más cruel, como postulaba T.S.Eliot, pero Septiembre no le va a la zaga.
Es un mes propicio para la melancolía, y eso no está mal. Lo malo es cuando ese camino nos lleva a los excesos: en Septiembre de 1970 la organización terrorista palestina Septiembre Negro secuestró y mató a once atletas israelíes durante la celebración de los JJOO en Munich. Murieron también cinco terroristas y un policía alemán. Y qué decir del famoso 11 de Septiembre de 2001 en Nueva York.
Sin embargo, lo que a servidor se le viene primero a la cabeza al pensar en Septiembre, antes que suspensos, atentados o final de las vacaciones es un tema inmortal de Earth, Wind & Fire. Una canción de 1978, nada menos, que supone una inyección de vitalidad y que debería ser recetada en la seguridad social varias veces al día para recobrar el ánimo. Una canción energética, que incluye en su estribillo unas palabras mágicas, "ba-dee-ya", las cuales no significan absolutamente nada, pero que se mantuvieron en la misma tras cierto debate entre los compositores porque funcionaban de maravilla.
Por todo esto, y teniendo en cuenta que, antes que otra cosa, Septiembre es un estado de ánimo, les proponemos el funky revitalizador de Earth, Wind & Fire: