Manuel Pérez Lourido
Lecturas estivales
Nada como recomendar unos pocos libros para esta época del año con el fin de que, si usted sigue estos consejos y queda defraudado, se de una vuelta por Cangas para llorar a gusto allí. Vaya por delante que servidor no cree en la literatura estacional, entendiendo por esta la que resulta proclive a ser leída en un momento del año y no en otro. Tiendo a pensar que, como cantaban Crowded House en Weather with you, uno lleva el clima por dentro, y dentro de uno puede ser primavera, verano, otoño o invierno con independencia del tiempo que haga afuera.
Por supuesto, voy a ir a lo seguro. O sea, que estos libros se los podría recomendar otro cualquiera (pero me he adelantado yo). Son obras claves de la literatura que deberíamos haber leído todos, varias veces. No me rechiste.
Luz de Agosto, de Faulkner. No es un libro ligero, como todo lo de Faulkner, pero tiene "Agosto" en el título y un ritmo lento y obsesivo (que recuerda la insistencia del calor). Faulkner y su morosidad, Faulkner y sus ambigüedades. Y además es un autor que "viste mucho".
El viejo y el mar, de Hemingway. La novela que, junto a sus cuentos, libró a su autor de pasar a la historia como un bluff de tantos. La épica de la lucha, la poesía de la soledad. El Hemingway más sensible en la última novela que publicó. Además es cortita.
Faulkner y Hemingway representan estilos de escritura contrapuestos. El primero es prolijo, cautivador, amaba las frases largas, tenía bigote... Hemingway era barbado y escueto, directo, podaba las oraciones e iba al grano.
El mar, el mar, de Iris Murdoch. Guardo un recuerdo tan vívido de esta novela, de la vida en una casita al lado del mar y de las comidas tan sanas que se preparaba Charles Arrowby, el protagonista, que durante meses tras leerla le decía a todo el mundo que Murdoch era la mejor escritora que había pisado la faz de la tierra. Lo decía así, sin cortarme ni un pelo y me quedaba esperando la reacción de mi interlocutor/a. A alguno casi le cierro yo la boca. Me gusta el título que tiene, aunque podría valer "Obsesiones y manías de Charles Arrowby".
Expiación, de Ian McEwan, transcurre el día más caluroso del verano de 1935, pero usted la leerá como si hubiese ocurrido el lunes pasado. Y deseará inmiscuirse en la historia y desfacer un par de entuertos, lo que le llevará a seguir su lectura a riesgo de quedar sin resuello, hasta el final. Es la típica novela que tiene varias novelas dentro y que más que por nosotros, es admirada por el escritor que llevamos dentro.
Cualquiera de estos libros es perfecto para ser leído en esta época del año, porque es perfecto para ser leído en cualquier otra. Podríamos añadir más, muchos más, pero, ¿se los leería todos?. Léase estos: no le prometemos que será mejor persona después de hacerlo, pero tampoco peor. Y siempre se aprenden cosas.