¿Cómo es el nuevo reglamento que se quiere aprobar para el mercado?
Por Alejandro Espiño
El mercado de abastos debe revitalizarse y convertirse en un punto de referencia no solo para el centro histórico de Pontevedra sino para los consumidores de toda la comarca. En eso están de acuerdo tanto el gobierno municipal como los vendedores de la plaza. Pero el nuevo reglamento que pretende aprobar el Concello ha dividido a ambas partes.
Así, la oposición municipal se ha unido para forzar al BNG a retirar del orden del día del pleno de este lunes la aprobación inicial de este documento. Hacen suyos los argumentos de las placeras, que reiteran que esta normativa no ha sido negociada con los usuarios del mercado. Todos reclaman al equipo de gobierno que abra una mesa de negociación.
Vicente García Legísima, responsable de esta área, lo niega. Asegura que se ha estado reuniendo con las placeras desde junio de 2015 y ha explicado en el pleno que, a pesar de que no se suele actuar de esa manera, les llegó a entrar un primer borrador del nuevo reglamento para que pudiesen hacer alegaciones que, en su mayoría, fueron atendidas.
Pero, ¿cómo es este nuevo reglamento? Desde el Concello defienden que la actual normativa, que data de 2003, ya no es operativa. Tras doce años de vigencia, creen "necesario" abordar una serie de modificaciones para ofrecer a los clientes un mejor servicio y dar a los profesionales que trabajan en el mercado una mayor seguridad jurídica.
El principal eje de actuación es introducir medidas para garantizar que todos los puestos del mercado sean ocupados, buscando una explotación "racional y equilibrada". Así, por un lado, el nuevo reglamento pretende permitir el traslado de los puestos, de forma que un concesionario pueda ocupar alguna de las vacantes para aprovechar mejor el espacio.
Además, se abre la puerta a autorizaciones de venta temporales -siempre en esas vacantes- en régimen de alquiler hasta un máximo de cuatro años; y se anulan las posibilidades de transmisión de las concesiones, para evitar la especulación con los puestos. Se limitará a jubilaciones, cesiones a familiares, traspasos en herencia o causas económicas objetivas.
También se pretende endurecer las obligaciones para los titulares de los puestos del mercado, cuestiones que los técnicos municipales entienden que redundarán en un mejor funcionamiento de la plaza de abastos pontevedresa.
Entre otras cuestiones, el Concello quiere que sea obligatorio identificar los productos que son del día y los que son de jornadas anteriores, que los profesionales empleen ropa homologada -siendo imprescindible bata, gorros y guantes- para garantizar una correcta higiene o que éstos actúen con "decoro y respeto" hacia los clientes, el personal de administración y los servicios de inspección sanitaria y de pesca.
En este sentido, el reglamento pretende aumentar la cuantía de las multas por cualquier tipo de incumplimientos. Quedarían fijadas entre los 200 y los 500 euros por cada falta leve, entre los 501 y los 1.000 euros para las graves, que incluirán la suspensión de la actividad durante un mes; y hasta 2.000 euros para las más graves, que podría provocar la retirada de la concesión.
Además, se pretende restringir la venta de productos de temporada a un máximo del 7% del espacio disponible en todo el mercado y aumentar el tiempo que un puesto puede estar cerrado sin servicio, por vacaciones o por baja por enfermedad de su titular.
También se recogen modificaciones en el reglamento actual para el destino de la primera planta del mercado, que el Concello quiere convertir en un espacio gastronómico sostenible, que, en todo caso, no entrarán en colisión con la venta de productos frescos, que seguirá siendo la actividad principal del mercado de abastos.
ALEGACIONES PRESENTADAS
El gobierno municipal asegura que el borrador de este reglamento fue trasladado a los usuarios del mercado para que pudieran hacer sus correspondientes alegaciones. La propuesta que se iba a trasladar al pleno, según Vicente García Legísima, recoge algunas de estas aportaciones. Además, recuerda que tras la aprobación inicial, se debe abrir un plazo de exposición pública en la que también se pueden presentar propuestas de modificación.
Las alegaciones ya presentadas corresponden tanto a las asociaciones profesionales legalmente constituidas en la plaza de abastos de Pontevedra como a vendedores a título particular, si bien muchas de ellas son coincidentes en las preocupaciones que expresan y los cambios en los que no están de acuerdo, proponiendo nuevas actuaciones.
En ellas, solicitan que se autoricen las permutas o los alquileres a terceros y se contemplen prórrogas automáticas una vez haya finalizado la concesión -sin necesidad de que salgan los puestos de nuevo a subasta-, que se pueda incorporar la venta de productos del rural o con denominación de origen o que la limitación de la oferta disponible para los clientes -entre la primera y la planta baja- sea recíproca.
Además, advierten que el horario de apertura por las tardes, limitado inicialmente a la primera planta, obligará a los actuales concesionarios de este espacio a incumplir sus obligaciones o contratar más personal, algo que ven inviable económicamente.
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