Sigue creciendo el Pontevedra a costa del Real Madrid Castilla (2-0) en un partido brillante de los granates
Por Ramiro Espiño & Diego Torrado
¿Fue tan bueno el Pontevedra o estuvo muy flojo el Real Madrid Castilla? La eterna pregunta futbolística cuando un equipo supera con claridad al otro. La verdad es que ambas cosas, los madridistas decepcionaron en la misma medida que el Pontevedra entusiasmó. Generalmente lo uno va con lo otro, pero en esta ocasión hay que resaltar por encima de todo los méritos del equipo granate, generoso en la entrega, serio y eficaz en defensa y constante en la búsqueda de un gol que se le resistió y que, de haber estado más acertado en esa faceta de finalización podríamos hablar de una severa y merecida goleada.
Los de Luisito pasaron por encima del filial madridista. Ganaron con solvencia, merecimiento, autoridad y calidad, realizando un partido más que notable, rozando en muchas ocasiones la brillantez y encadenando su tercera victoria consecutiva para disfrute de una afición que salió encantada con un equipo que sigue creciendo y se acerca en rendimiento al de la pasada temporada.
Lo del primer tiempo casi podría considerarse milagroso para el Real Madrid Castilla, que se retiró a los vestuarios sin encajar un gol cuando lo normal era que se fuesen con el partido casi decidido en contra. Los blancos en distintas fases tuvieron más posesión de balón, pero siempre sin profundidad, tanto que Edu únicamente tuvo que intervenir en una ocasión anticipándose a la llegada de Dani Gómez, el resto fue un monólogo de un Pontevedra bien plantado pero negado ante la portería contraria.
Firme en defensa, con las líneas muy juntas cuando tocaba trabajar, los de Luisito salían como balas en cuanto recuperaban el balón. Así en la primera media hora contabilizamos hasta cuatro ocasiones claras de marcar. La primera llegaba pronto, a los cinco minutos, en un balón que rebota en Etxániz y casi acaba dentro de la meta visitante. La segunda más clara a los 13 minutos, con Añón que recibió un balón sólo ante el portero visitante, pero disparó al "muñeco".
No faltó la polémica a los 21 minutos, cuando un remate de Kevin Presa da en la mano de Álex, que se tiró a taponar. Desde la grada se pidió penalti, pero el árbitro consideró que si la hubo la mano fue procedente de un rebote.
Luego vendrían dos nuevas ocasiones a cual más clara, ambas para David Añón. Recibió un gran pase de Álex González pero volvió a disparar al cuerpo de Belmán en el mano a mano con el portero. Y similar suerte corrió en el descuento, en esta ocasión ya en el descuento. De nuevo el meta visitante recibió el remate del delantero granate en su cuerpo, cuando ya se cantaba el gol.
Si algún temor podía haber en el descanso sólo podía ser debido a la famosa máxima de que generalmente el que perdona acaba pagando, pero esta vez no fue así y el Pontevedra despejó dudas muy pronto. Primero manteniendo su apuesta futbolística, su intensidad en la disputa, su pelea por cada balón. Siempre con las líneas muy juntas, todos sus hombres se vaciaron en el esfuerzo y uno de los que más, David Añón, por fin encontró el premio a su excelente trabajo. Fue tras un disparo de Adrián León que salió rebotado hacia el segundo palo y allí entró Añón con todo, con el pecho (los madridistas dicen que con la mano), con el escudo, para meterse él mismo y meter el balón en el fondo de la portería.
Ni así tuvo capacidad de respuesta el Real Madrid Castilla, que siguió sin argumentos ni profundidad en su juego, tanto que en todo el partido apenas dispararon una vez entre los tres palos y sus llegadas morían siempre ante un imperial Adrián León, un gran Goldar y un David Castro en franca progresión.
Pero si hay que destacar a alguien, dentro del soberbio nivel de todo el equipo, junto con David Añón, hay que hacerlo con Kevin Presa. Incansable, acertado siempre, eligiendo bien sus opciones en defensa y ataque y haciendo crecer a los suyos. Asentado en esa tranquilidad que le daba al equipo, el Pontevedra no dejaba de crecer y encontró premio de nuevo en un centro-chut de Miguel Ángel que Berrocal, que acababa de entrar y en su primer contacto con el balón, mandó al fondo de la portería blanca, rematando en el segundo palo.
Quedaba mucho por delante, pero ese tiempo sólo sirvió para que Pasarón, puesto en pie, despidiese a David Añón con una ovación de gala, personificando en él la entrega de todo el equipo. Minimizando al filial madridista, los granates no dejaron de crecer e incluso pudieron y debieron ampliar el marcador ya en el descuento, en un contragolpe que terminó con una jugada sensacional de Kevin Presa y el remate de Álex González que sacó bajo palos Tejero, con Belmán batido.
PONTEVEDRA CF (2): Edu; Miguel Ángel, David Castro, Goldar, Adrián León, Kevin Presa, Álex González, Jorge (Carlos Ramos, minuto 80), Etxániz (Berrocal, minuto 64), Prosi y David Añón (Marcos Álvarez, minuto 70).
REAL MADRID CASTILLA (0): Belmán; Tejero, Reguilón, Manu Hernández, Jaime (Álex, minuto 12), Jaume, Mancebo (Franchu, minuto 62), Óscar, Dani Gómez, Toni (Campuzano, minuto 66) y Cristo.
Árbitro: Alfonso Vicente Del Moral (Castilla-León), auxiliado en las bandas por Javier Gómez Gago y Marcos Sánchez Polo. Amonestó a Adrián León, en el Pontevedra, y a Manu Hernández, Dani Gómez, Cristo, Belmán y Campuzano, en el Real Madrid Castilla.
Goles: (1-0) Minuto 52: David Añón. (2-0) Minuto 65: Berrocal.
Incidencias: Estadio Municipal de Pasarón (Pontevedra). Unos 3.000 espectadores. Se guardó un minuto de silencio por el fallecimiento del exdirectivo granate Luis Gómez Cuerpo.
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