Valle-Inclán ya no está tan manco
Por Oskar Viéitez
La escultura de Ramón María del Valle-Inclán, ubicada en la Plaza de Méndez Núñez, ha sido reparada este miércoles.
La intervención fue en la mano derecha que se encontraba un poco quebrada a consecuencia del golpe de un vehículo.
El arreglo estuvo supervisado en todo momento por el autor de la obra, César Lombera, que recordó que el pasado mes de junio se cumplieron 20 años de la colocación de este icónico monumento.
La popular imagen de broce del dramaturgo de "rostro español y quevedesco, de negra guedeja y luenga barba", como él mismo se definió, fue víctima de un nuevo incidente con un vehículo, en esta ocasión, con un camión de reparto.
Los percances de esta escultura y especialmente de su mano derecha están generando tanta literatura como las historias que el propio Valle-Inclán inventó en vida para contar la pérdida de su antebrazo izquierdo.
Esta extremidad superior no formó parte de ningún estofado ni tampoco le mordió un león como llegó a decir Don Ramón sino que le fue amputada a raíz de la herida que le causó el bastonazo propinado por el también escritor Manuel Bueno.
Fue en el transcurso de una acalorada discusión en el madrileño Café de la Montaña en torno al valor de españoles y portugueses en una disputa.