Un juicio digno de un "thriller psicológico hollywoodiense con tintes románticos"
Por Oskar Viéitez
La sección segunda de la Audiencia de Pontevedra ha celebrado este jueves un juicio por un delito de estafa que, tal y como señaló uno de los abogados, tenía un guion digno de un "thriller psicológico hollywoodiense con tintes románticos" o incluso de un culebrón.
En el banquillo de los acusados se sentó un hombre por, supuestamente, estafar a su novia.
La querellante, una anestesista pontevedresa, asegura que su novio le ocultó que estaba casado con otra mujer y que le hizo pedir un crédito bancario del que se quedó con parte del dinero.
El acusado, un licenciado en derecho económico que trabajaba como ‘bróker’, sorprendió al tribunal al declarar que su relación sentimental con la querellante no ha terminado, que sigue enamorado de ella y que él mismo le pidió que no retirase la demanda en su contra porque está dispuesto a asumir una pena de prisión para que ella no tenga problemas con su familia. Así se lo dijo hace cuatro meses cuando ella lo visitó en la prisión de Monterroso, donde cumple condena por otra causa. "En ningún momento me pidió el dinero", dijo.
El hombre declaró ante el tribunal que nunca engañó a su novia y que, cuando se fueron a vivir juntos, un mes después de conocerse por la web de citas Badoo, le contó que estaba casado con otra mujer que reside en Melide, pero que esa relación no funcionaba.
La denunciante y el acusado coinciden en su relato al señalar que en enero de 2015 el padre del bróker sufre un revés económico que le genera una deuda de un millón y medio de euros y a él le cortan los ingresos. Este agente de bolsa que viajaba con frecuencia a Londres y Hong-Kong. La anestesista se ofreció entonces a ayudarle, aunque él no quería, y pidió un préstamo de 50.000 euros que, en parte, servirían para ayudar a su pareja.
Él sostiene que los movimientos de dinero desde la cuenta de ella fueron en todo momento consentidos por la mujer, algo que esta niega aunque carece de elementos para probarlo.
Esos movimientos fueron ingresos en la cuenta de la exmujer del bróker, que compareció en el juicio como testigo y explicó que con ese dinero se cancelaron varios préstamos rápidos que su exmarido contrató sin su consentimiento. Esta mujer también explicó que no sabía nada de la amante pontevedresa de su esposo y que su matrimonio estaba roto porque el acusado tenía una tercera mujer, también vecina de Melide.
La anestesista no tuvo reparo en admitir ante el tribunal que estaba "perdidamente enamorada" del bróker, que la relación era "idílica" y que continuaron juntos incluso después de descubrir esas supuestas estafas, haciendo dos "maravillosos" viajes a Italia.
Para rematar este enredo la denunciante contó que tiene una hija, que está a punto de cumplir dos años, aunque no está segura si la niña es del acusado.
La Fiscalía solicita para él cuatro años de cárcel por un delito continuado de estafa y, además, reclama que pague una multa de 3.000 euros e indemnice a la víctima con los 22.500 euros que, supuestamente, defraudó mediante sus engaños.